2011-01-10 13:41:37

Proverbio: “una vez terminado el juego, el rey y el peón vuelven a la misma caja”


Lunes, 10 ene (RV).- RealAudioMP3 Nos encontramos en el espacio “un proverbio para la vida” para compartir las enseñanzas de la sabiduría divina y humana expresadas en las breves sentencias de los proverbios, refranes, dichos y frases. Esta semana proponemos un proverbio italiano: “Una vez terminado el juego, el rey y el peón vuelven a la misma caja”.

“Una vez terminado el juego, el rey y el peón vuelven a la misma caja”. Este es un proverbio italiano que pensamos que no debe ser muy antiguo porque el juego del ajedrez, tal como lo conocemos hoy, comenzó a configurarse hacia el siglo 15, aunque hay antecesores del juego que se remontan a siglos anteriores, inclusive hasta el mismo siglo V. Para entender la frase, y para quienes no conocen este juego, se realiza con dos oponentes que ante un tablero dividio en 64 cuadros de color blanco y negro deben tratar de conquistar o atrapar al rey contrario. Como vemos es un juego de guerra, de estrategia, donde los distintos componentes tienen funciones específicas y maneras de moverse precisas: el rey es el principal, pero también exite una reina, unos alfiles, unos caballos, unas torres, y al final de la escala están los peones, que serían el equivalente a los soldados, porque tienen menos posibilidades de movilización y normalmente son los primeros sacrificados en la estrategia que se plantea para alcanzar el objetivo de dar el “jaque mate”, que no es otra cosa que atrapar al rey contrario. Una curiosidad, “jaque mate” es una expresión de origen persa y árabe, “shah mata”, que literalmente significa “el rey está atrapado”, o “no tiene escapatoria”, y no como generalmente creemos que muchas veces asociamos el “jaque mate” con que “el rey está muerto”. Llegar al “jaque mate” significa que hemos logrado con nuestros guerreros, nuestras piezas, atrapar al rey y evitar que pueda escapar con cualquier movimiento, con lo que termina la partida. El ajedrez es un juego de táctica, racional, y no de azar, lo que implica no sólo el conocimiento de las reglas, sino el diseño de estrategias en el proceso mismo del juego para ir protegiendo a nuestro rey y a la vez buscar atrapar al otro rey. Esta es la esencia del juego que ha inspirado el proverbio italiano que hoy estamos proponiendo.

“Una vez terminado el juego, el rey y el peón vuelven a la misma caja”. Como vimos antes, en el juego del ajedrez hay una serie de jerarquías que condicionan el desarrollo del juego y los movimientos que realizan las piezas. Esas jerarquías van desde el rey, que es el principal, hasta el peón, que en la escala sería el elemento más humilde. Cada uno realiza su función en el juego y contribuye con su propio peso a la consecusión del objetivo final, que es ganar el juego, luego del cual, cada pieza regresa a la caja de donde fue extraído para ser colocado en el tablero y desarrollar el juego. El proverbio está comparando el juego del ajedrez con lo que es la vida y las relaciones que desarrollamos en ella. La sociedad está estructurada en función de una serie de jerarquías, de clases sociales, de roles o papeles que cumplir, unos con más responsabilidad, como los de gobierno, y otros con menos por estar circunscriptos a ámbitos más cercanos a nosotros, como la familia o la comunidad donde vivimos. Lo que interesa saber es que sea mucha o poca la responsabilidad, todos debemos aportar nuestro esfuerzo para que se alcance el objetivo final, que es el vivir de la mejor manera posible siendo justos y ofreciendo a cada uno su oportunidad de surgir y vivir dignamente. Al final, cuando regresemos a la caja, lo que nos llevaremos será la experiencia y el bien que hayamos podido hacer.

“Una vez terminado el juego, el rey y el peón vuelven a la misma caja”. Aunque probablemente el proverbio no ha sido compuesto en ambientes religiosos, hay que considerar que su origen italiano puede indicar alguna influencia de la Iglesia, porque en el fondo está planteando una realidad que nos toca directamente: ante Dios todos somos iguales, y así hayamos tenido muchos privilegios, al final iremos donde él para presentar nuestras obras y ser juzgados por su amor. Y aquí tenemos que recordar aquella frase de Jesús: “al que mucho se le dio, mucho se le exigira” y “al que cree tener, se le quitará hasta lo que cree tener”, lo que significa que en el juicio final el amor será el código que se nos aplicará para evaluar nuestro obrar, en lo mucho o poco que se nos haya confiado hacer. Esa será la misma caja donde el rey, la reina, y el resto de los mortales iremos a presentar nuestras obras con el fin de estar eternamente en el Reino de los Cielos prometido.

“Una vez terminado el juego, el rey y el peón vuelven a la misma caja”. Te invito a que asumas con responsabilidad tus funciones, seas rey o peón, y a que en tu actuación dejes transparentar la fe que te mueve a hacer el bien para ganarte el derecho a ir al Cielo.








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