2017-11-16 17:40:00

Card. Sturla advierte sobre la fragmentación social y la difusión de la ideología de género


De Alina Tufani

Un encuentro caracterizado por el diálogo “entre vecinos” que comparten realidades similares ha sido el de esta mañana entre el Papa Francisco y los obispos del Uruguay, que se encuentran en Roma realizando su visita ad limina apostolorum. Al menos así lo ha descrito ante nuestros micrófonos el cardenal Daniel Sturla, arzobispo de Montevideo quien nos ha visitado en nuestra sede de Radio Vaticana, junto a varios obispos de la Conferencia Episcopal. “Un encuentro hermoso – ha afirmado el card. Sturla, en el que el Papa nos ha escuchado como un padre a sus hijos”

En poco más de dos horas, los obispos han podido compartir con el Santo Padre las preocupaciones y desafíos de la Iglesia de Uruguay, y en particular, el tema de la secularización que cada vez se profundiza más en una sociedad ya moldeada por un laicismo implantado hace ya más de un siglo. Interpelado por la fuerte oposición del gobierno capitalino de Montevideo de colocar una imagen mariana en la ciudad, el arzobispo ha afirmado que se trata de un “retroceso” en el camino de encuentro y de diálogo Iglesia- Estado que se había establecido con la vuelta de la democracia en 1985.  “Sin duda un paso atrás – dijo- pero nosotros continuamos nuestra misión de acompañar a nuestro pueblo y anunciar el Evangelio”

Durante la entrevista el cardenal Sturla también ha manifestado su preocupación por “la fuerte fragmentación social que está viviendo la sociedad uruguaya que se había caracterizado más bien por ser una sociedad integradora”. Pero también la difusión de la ideología de género ha motivado un intercambio de ideas con el Pontífice “muy preocupado por el avance de estos grupos de poder en todo el mundo”.

En cuanto a los desafíos pastorales, el purpurado uruguayo ha señalado la disminución de las vocaciones e incluso del número de religiosos y religiosas en el país, aunque ha calificado de “heróico” al clero que trabaja sin descanso y con pocos recursos en la construcción de la una comunidad católica formada y activa. “El documento de Aparecida y la encíclica Evangelli Gaudium – ha afirmado el Cardenal Sturla- son las bases del programa pastoral en nuestras diócesis”

En fin, el tema ecológico, en particular la Cuenca acuífera guaraní, fue compartido con el Papa Francisco. Se trata de una de las reservas de agua dulce más importantes del mundo y que limita con cuatro países - Paraguay, Brasil, Argentina y Uruguay- y que actualmente se encuentra amenazada. El cardenal Sturla recordó la importancia que el Santo Padre ha dado al tema de la protección del creado, a través de su encíclica Laudato Sí’ con el Sínodo Pan amazónico ha convocado recientemente.

Los obispos uruguayos continuarán su visita ad limina durante toda esta semana, en los distintos dicasterios y congregaciones de la Santa Sede y concelebrarán con el Papa Francisco la eucaristía del próximo domingo 19 de noviembre, primera Jornada Mundial de los Pobres.

Transcripción de la entrevista al cardenal Daniel Sturla, Arzobispo de Montevideo.

-¿Cómo ha sido el encuentro de loa obispos uruguayo con el Santo Padre Francisco?

¡Bellísimo!  ha sido el encuentro. El Papa con una cordialidad, como es característica de él, y además, claro, para un Papa argentino recibir a los uruguayos es recibir a los vecinos, a los hermanos, y nosotros también lo hemos sentido así.

Dentro de este discurso, y éstas palabras que el Santo Padre les ha dirigido ¿qué tema ha sido el más importante para ustedes?

-Bien, primero que el Papa no nos dirigió ningún discurso, sino que se creó un diálogo. Él mismo dijo que lo que quería era escucharnos. Eso es muy importante: como un padre que recibe a sus hijos, y antes que decirles lo que tienen que hacer, escucha a sus hijos. Y ese fue uno de los elementos clave de nuestro encuentro con el Santo Padre.

La visita ad limina generalmente es un momento de balance. Los obispos traen también una imagen de la propia Iglesia. ¿Cuáles son los desafíos de la Iglesia uruguaya en este momento, cuáles las victorias también?

-Por un lado, el Uruguay en el contexto de América Latina, tiene una situación eclesial muy particular por la secularización muy grande, el laicismo nuestro tiene más de un siglo, entonces eso de algún modo ha creado cultura. El Santo Padre eso lo conoce, pero igualmente, estuvimos hablando de algunos de estos puntos tal como se viven en la actualidad. Por un lado, hay dos preocupaciones muy grandes que los obispos les presentamos. Una es una situación social de fragmentación que se va dando en una sociedad que fue tradicionalmente muy integrada e integradora. Y otra es la ideología de género y como va copando en los distintos países, porque esto es algo que está en nuestra preocupación porque hubo un Manual de Educación sexual para la escuela primaria que tenía muchos elementos de esta ideología. Para el Santo Padre es como una preocupación constante porque sabe cuántas veces hay presiones a los gobiernos débiles o a los gobiernos de países pobres para que adopten políticas determinadas, a condición de préstamos, etc. No digo que eso pase en Uruguay. Pero esta ideología tiene atrás poderosos intereses económicos y financieros. Eso nosotros lo estamos sufriendo y es una pena muy grande.

Me llama la atención en particular el tema del laicismo que como usted bien ha dicho es de vieja data, casi más de un siglo. En este sentido, uno puede pensar que después de cien años existan ya como equilibrios dentro de una sociedad. Equilibrios en cuanto a poder tener más libertad de expresar la propia fe, la propia ideología…. No obstante, justamente en este año, Ud. Como arzobispo de Montevideo ha tenido que enfrentar una fuerte oposición cuando la comunidad católica ha querido colocar una estatua de la Virgen en una plaza. ¿Cómo podríamos dar lectura a esta situación?

-El Uruguay desde 1985, con el retorno de la democracia, dio pasos adelante en lo que llamamos una laicidad positiva, para distinguirla de ese laicismo de tipo jacobino que tuvimos a principios del siglo XX. O sea que estábamos en una situación diríamos de mucha mayor posibilidad de encuentro Iglesia- sociedad, de mucha mayor valoración del aposte de la Iglesia a la sociedad, de un diálogo muy fluido. Yo creo que esta negativa por parte de la Junta Departamental de Montevideo, digamos, como el municipio de Montevideo, fue como un paso atrás, fue como un decir: Iglesia, mientras te quedes en tu lugar y no molestes, bien. Pero donde la Iglesia comienza como a asomarse hay algunos pocos a los que les molesta, pero estos pocos, a veces, tienen esa cuota de poder. Yo creo que ha sido un paso atrás en un camino que venía desde 1985, y después con las visitas del Papa Juan Pablo II, venían positivas. Ha sido un paso atrás que nos retrotrae a esas épocas de jacobinismo. Pero yo creo que nosotros, Iglesia católica en el Uruguay, no nos quedamos en eso, seguimos apostando positivamente, y bueno, fue un escollo, pero nosotros seguimos realizando nuestra tarea, en bien de nuestro pueblo, de nuestra gente y en el anuncio gozoso de Cristo.

¿Y qué tipo de temas o preocupaciones pastorales han podido expresar al Santo Padre?

-Le hablamos al Papa de la situación de la Iglesia en cuanto a la disminución de las vocaciones y al descenso de los religiosos y religiosas, o sea, hay menos curas y monja, como decimos popularmente. Pero le hablamos también de la entrega generosa del clero en nuestro país, el “heroico clero nacional” como muchas veces se dice, y también de tantos religiosos y religiosas que aún muy mayores, entregan su vida hasta el final. Por supuesto, eso dejó al Papa muy complacido. Entonces fueron surgiendo temas eclesiales, temas sociales, temas ambientales. Hablamos del tema de la Cuenca acuífera guaraní, que es una de las mayores reservas de agua dulce del planeta, que compartimos Uruguay, Argentina, Paraguay y Brasil. Y que requiere un cuidad. El Papa, como sabemos, en la Laudato Si’ ha dado elementos muy importantes acerca del cuidado de la Casa común, y ahora ha convocado a un Sínodo para la Amazonía. Bueno, nosotros le hemos dicho: “Santo Padre, el acuífero guaraní también requiere de una atención especial”. Y hablamos por supuesto del gran tema de la evangelización.








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