2017-09-25 14:57:00

El Papa a la Gendarmería Vaticana: “Con confianza abramos la puerta al amor de Dios”


(RV).- “Todos nosotros somos pecadores y todos tenemos necesidad del encuentro con el Señor; de un encuentro que nos da fuerza para ir adelante, para ser más buenos”, lo dijo el Papa Francisco en su homilía en la Misa que presidió con ocasión de la Fiesta del Cuerpo de la Gendarmería Vaticana, en la gruta de la Virgen de Lourdes en los Jardines Vaticanos, el último domingo de septiembre.

En su homilía, el Santo Padre comentó el pasaje del Profeta Isaías (55,6-7), en el cual nos exhorta a buscar al Señor y convertirnos. “Ahí está la conversión. Nos dice que el camino es este: buscar al Señor. Cambiar de vida, convertirse… Y esto es verdad. Pero Jesús cambia la lógica y va más allá, con una lógica que ninguno podía entender: es la lógica del amor de Dios. Es verdad, tú debes buscar al Señor y hacer de todo para encontrarlo; pero lo importante es que es Él quien te está buscando a ti. Él te está buscando a ti. Más importante que buscar al Señor, es darse cuenta que Él me busca”.

Además, reflexionando en un pasaje del Evangelio que la liturgia presenta para este XXV Domingo del Tiempo Ordinario, el Papa Francisco señaló que es Dios quien sale para encontrarnos. “Cinco veces en este pasaje se habla de la salida: la salida de Dios, el dueño de casa, que va a tomar por jornal a los trabajadores para su viña. Y la jornada es la vida de una persona, y Dios sale por la mañana, y a media mañana, a mediodía, por la tarde hasta la noche, a las cinco. No se cansa de salir. Nuestro Dios no se cansa de salir para buscarnos, para hacernos ver que nos ama”.

Reconociendo la condición herida de la naturaleza humana, el Obispo de Roma señaló que somos pecadores, y que muchas veces sentimos que no hay nada más que hacer, que ya es tarde y nada puede cambiar. “Para Dios no es jamás tarde. Jamás, jamás. Esta es la lógica de la conversión. Él sale de sí mismo para buscarnos y ha salido de sí mismo que ha enviado a su Hijo a buscarnos. Nuestro Dios siempre tiene la mirada sobre nosotros”.

Y esta es la cosa más grande del Señor, agregó el Pontífice, es humilde. Nuestro Dios es humilde. Se humilla esperándonos. Esta siempre ahí, en espera. “Todos nosotros somos pecadores y todos tenemos necesidad del encuentro con el Señor; de un encuentro que nos da fuerza para ir adelante, para ser más buenos, simplemente. Pero estemos atentos. Porque Él pasa, Él viene y sería una cosa triste que Él pasara y nosotros no nos demos cuenta que Él está pasando. Y pidamos hoy la gracia: ‘Señor, que yo este seguro que Tú me estás esperando. Si, esperándome, con mis pecados, con mis defectos, con mis problemas’. Todos tenemos necesidad, todos. Pero Él está ahí, está ahí, siempre. El peor de los pecados creo que sea el de no entender que Él está siempre ahí esperándome, no tener confianza en este amor: la desconfianza en el amor de Dios”.

Antes de concluir su homilía, el Papa Francisco invitó a los miembros del Cuerpo de la Gendarmería Vaticana a pedir esta gracia, es decir, la gracia de estar seguros que Dios está siempre esperándonos. “El Señor, en esta jornada gozosa para ustedes, les conceda esta gracia. También a mí, a todos. La gracia de estar seguros de que Él siempre está a la puerta, esperando que yo la abra un poco para entrar. Y no tengan miedo: cuando el hijo prodigo encontró al padre, el padre bajó de la terraza y fue al encuentro del hijo... Es esto lo que nos espera si nosotros abrimos un poquito la puerta: el abrazo del Padre”.

(Renato Martinez – Radio Vaticano)








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