2017-09-04 19:25:00

El Encuentro con Jesús los hizo tan felices que los discípulos recordaran por siempre ese día, dijo el Papa


REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita Guillermo Ortiz

“La vocación de Juan y de Andrés comienza así: es el inicio de una amistad con Jesús tan fuerte que impone una comunión de vida y de pasiones con Él”, explicó Francisco en Catequesis del 30 de agosto. “Los dos discípulos comienzan a estar con Jesús y enseguida se transforman en misioneros, porque cuando termina el encuentro no regresan a casa tranquilos: tanto es así que sus respectivos hermanos – Simón y Santiago – son enseguida incluidos en el seguimiento. Fueron donde estaban ellos y les dijeron: ‘¡Hemos encontrado al Mesías, hemos encontrado a un gran profeta!’, dan la noticia. Son misioneros de ese encuentro. Fue un encuentro tan conmovedor, tan feliz que los discípulos recordaran por siempre ese día que iluminó y orientó su juventud”.

Y el Obispo de Roma planteó aquí claramente el tema de la vocación y afirmó que el primer indicador es la alegría: “¿Cómo se descubre la propia vocación en este mundo? Se puede descubrir de varios modos, pero esta página del Evangelio nos dice que el primer indicador es la alegría del encuentro con Jesús. Matrimonio, vida consagrada, sacerdocio: cada vocación verdadera inicia con un encuentro con Jesús que nos dona una alegría y una esperanza nueva; y nos conduce, incluso a través de pruebas y dificultades, a un encuentro siempre más pleno, crece, ese encuentro, más grande, ese encuentro con Él y a la plenitud de la alegría”.








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