2017-08-31 18:30:00

Les pido por favor que no escuchemos a personas desilusionadas e infelices, dijo el Papa en la Catequesis del 30 de agosto


REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita Guillermo Ortiz

Después de afirmar que toda vocación comienza con un encuentro personal con Jesús que nos llena de alegría; de explicarlo y de expresar que “el cristiano – como la Virgen María – custodia la llama de su enamoramiento: enamorados de Jesús”, Francisco dijo que en la vida existen pruebas, momentos en los cuales se necesita ir adelante no obstante el frío y el viento contrario y tantas amarguras, para exhortar, en un discernimiento espiritual muy interesante: “Por favor, les pido: no escuchemos a personas desilusionadas e infelices; no escuchemos a quien recomienda cínicamente no cultivar la esperanza en la vida; no confiemos en quien apaga desde el inicio todo entusiasmo diciendo que ningún proyecto vale el sacrificio de toda una vida; no escuchemos a los “viejos” de corazón que sofocan la euforia juvenil. Vayamos donde los viejos que tienen los ojos brillantes de esperanza”.

El Papa invitó a cultivar en cambio sanas utopías: “Dios nos quiere capaces de soñar como Él y con Él, mientras caminamos bien atentos a la realidad. Soñar en un mundo diferente. Y si un sueño se apaga, volver a soñarlo de nuevo, recurriendo con esperanza a la memoria de los orígenes, a esas brazas que, tal vez después de una vida no tan buena, están escondidas bajo las cenizas del primer encuentro con Jesús. Es esta pues, una dinámica fundamental de la vida cristiana: la memoria de Jesús”. @jesuitaGuillo








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