2017-08-19 12:00:00

Radio Vaticano en español para Guinea Ecuatorial y África


Compartimos algunos momentos con el Papa Francisco

(RV).- «La Virgen María nos ayude a permanecer firmes en la fe para resistir a las tormentas de la vida, a quedarnos en la barca de la Iglesia, rechazando la tentación de subirnos a los botes fascinantes pero inseguros de las ideologías, de las modas y de los eslóganes»

Con este ruego a la Madre de Dios, el Papa Francisco introdujo el rezo del Ángelus, del XIX Domingo del Tiempo Ordinario

¡Ánimo, soy yo, no tengan miedo! nos dice Jesús también hoy, nos tiende la mano y nos sostiene, reiteró el Obispo de Roma, con el Evangelio de San Mateo (14, 22-32), sobre el episodio del Señor, que caminando sobre el mar, va hacia sus discípulos.

Alentando a decir, como Pedro: «¡Señor, sálvame!», con el anhelo de sentir la cercanía de Jesús, el Papa evocó también las palabras de los discípulos que se postraron ante el Señor, e invitó a los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro a decir con él:

«”Verdaderamente, tú eres el Hijo de Dios”. Qué bello es decir a Jesús esta palabra: “¡Verdaderamente, tú eres el Hijo de Dios!”. Digámoslo todos juntos. Todos. Fuerte: “¡Verdaderamente, tú eres el Hijo de Dios!”. Una vez más… “¡Verdaderamente, tú eres el Hijo de Dios!”»

«La Asunción de María atañe a nuestro futuro: nos hace mirar al cielo, anuncia los cielos nuevos y la tierra nueva, con la victoria de Cristo», tuiteó el Papa Francisco en la Solemnidad en la que la Iglesia universal le reza a la Madre de Dios y Mamá nuestra, glorificada en el Cielo en cuerpo y alma.

Todos quisiéramos recibir en nuestros hogares, familias y comunidades a la Virgen María para que nos traiga la alegría, el don inmenso y la gracia única de su Hijo Jesús

Introduciendo el rezo del Ángelus, el Papa Francisco recordó la Asunción de la Madre de Dios y reiteró que María, la primera discípula, es modelo de virtud y de fe, invitando a contemplarla agradecidos porque siempre nos precede en la peregrinación de la vida y de la fe.

Con el Magníficat, el Obispo de Roma hizo hincapié en las cosas grandes que Dios ha hecho con las personas humildes. Las grandes cosas que el Señor hace en el mundo con los humildes: porque la humildad es como un vacío que deja espacio a Dios.

El humilde es poderoso porque es humilde, no porque es fuerte, recordó el Santo Padre y subrayó que: «La Virgen María nos enseña la grandeza de la humildad»

«Le pedimos que nos custodie y nos sostenga; que podamos tener una fe firme, alegre y misericordiosa, que nos ayude a ser santos, para encontrarnos con ella, un día, en el Paraíso».

(CdM – RV)








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