2017-08-04 15:51:00

Venezuela: Mons. Mario Moronta "Que no disminuya la solidaridad"


Mons. Moronta, Crisis Venezuela: si hay sanciones, que la primera sea la de no vender armas.

(RV).- Nueva intervención de la Santa Sede por la situación de crisis en la República Bolivariana de Venezuela: en el día en que se establecen los 545 miembros de la Asamblea Nacional Constituyente el Papa hace llegar su mensaje directamente y a través de la Secretaría de Estado, solicitando explícitamente que se eviten o se suspendan las iniciativas en curso como la nueva Constituyente que – se lee en el comunicado – más que favorecer la reconciliación y la paz, fomentan un clima de tensión y enfrentamiento e hipotecan el futuro.

Mons. Mario Moronta, Obispo de la Diócesis de San Cristóbal, habló con Radio Vaticana sobre los últimos acontecimientos:

Tengo en mis manos el comunicado de la Santa Sede que viene en cierto modo, a ratificar lo que los obispos no sólo le hemos comunicado al Papa sino también al pueblo de Dios, sobre la necesidad de un cambio de rumbo, y sobre todo que no se tenga la Asamblea Nacional Constituyente que, según está previsto, debería instalarse en el mediodía de este viernes. Esperamos que haya aún una posibilidad de retomar el camino del diálogo, del encuentro.  

La gente vive con un gran sentido de frustración y de dolor la situación que se ha creado, sobre todo porque la Asamblea Nacional Constituyente que se quiere imponer además de haber sido votada el pasado domingo, no lo fue ni siquiera con el quince por ciento de los votos del padrón electoral, lo cual agrava la situación. El Consejo Nacional Electoral ha dicho que son ocho millones los votantes, lo cual no es cierto, hay una manipulación de las cifras y de los resultados.

Este comunicado del Santo Padre y de la Santa Sede viene a ser un respaldo a todo lo que estamos haciendo no sólo los obispos sino también muchos dirigentes de otras comunidades religiosas, que están pendientes y preocupados por la situación del país. A la vez es un mensaje en el cual se ve no sólo la preocupación del Papa, sino su verdadero y apremiante llamado para que se evite toda forma de violencia, como bien indica el comunicado. Este comunicado está comenzando a ser difundido en Venezuela y creo que va a tener un buen eco tanto en la población y ojalá que también tenga un buen eco en el gobierno y en los dirigentes políticos de la oposición.

En el día en que se votó la Asamblea usted envió un mensaje al pueblo de Dios.  A los dirigentes del Gobierno les pidió que atienda el deseo del pueblo, por elecciones regionales y nacionales este mismo año. ¿Cuáles han sido las excusas del gobierno para no convocar a elecciones?

Hasta ahora no hay respuesta. El gobierno desde hace tiempo viene indicando el camino de la Constituyente como manera para restablecer la paz social, pero no hay señal de cambios. Sin embargo ayer o antes de ayer el gobierno habló de la posibilidad de abrir a elecciones regionales este año e invitó, a través del CNE, para que se inscriban los candidatos para las regionales en este fin de semana y en los primeros tres días de la semana que viene. Esto podría ser una posibilidad de apertura pero lo sería más si se desistiera de la Asamblea Nacional Constituyente.

Monseñor, otro pedido directo en su mensaje fue a las FANB para que cesen con la zozobra difundida en la sociedad venezolana en este momento, y para que defienda la democracia. En ese sentido, ¿se puede decir que estamos ante una dictadura militarizada?, o más bien, ¿existe el peligro real de volver al régimen de seguridad nacional que tanto daño hizo en América Latina en los años sesenta?

Creo que este llamado que no sólo hice yo sino todo el Episcopado, de que las Fuerzas Armadas estén al lado de quien tienen que estar, que es del lado de la Constitución y del pueblo, no de una parcialidad política, hay que mantenerlo. Ellos juraron por la Constitución defender el pueblo y la democracia, y no pueden convertirse ahora en una democracia dictatorial, si se pudiera hablar en esos términos. Algunos militares han reaccionado diciendo que hay que pensar, pero otros están como enfrascados en el tema de una obediencia al presidente. Creo que la Guardia Nacional, que es la que más ha ido contra los manifestantes y contra el pueblo, debe recibir este mensaje. Así como nosotros pedimos a todo el mundo la conversión, pedimos a las Fuerzas Armadas que se conviertan, y que se pongan de parte de los derechos humanos. Creo que es importante que las FANB hagan caso a Dios y actúen con temor de Dios. Es lo que les estamos pidiendo.

¿Existe el peligro de una guerra civil?

No creo ni deseo que haya una guerra civil. Más bien hay un peligro de confrontaciones entre grupos de hermanos, o de algunos grupos que se han ido armando. Para  mí lo más peligroso en este momento es el cansancio de la gente, del pueblo, que está sufriendo el hambre. Hay mucha gente con hambre, con necesidad de alimentos, de medicamentos, y de otras cosas, como la seguridad; y puede llegar el momento de una explosión social que puede degenerar en una situación de caos. Lamentablemente hay mucha gente que se está yendo del país: aquí en la frontera vemos todos los días cantidad de familias que van hacia Colombia buscando lugares adonde ir, y en donde ser recibidos. Más que de una guerra civil, el peligro es de confrontaciones o de posibles levantamientos populares. No sólo por rechazar el régimen político, sino sobre todo por la situación de abandono y de burla que están viviendo en este momento.

Otro de los problemas generados es aquel de la migración: las últimas cifras, en particular las del último año, demuestran “una diáspora sin precedentes”, tal como ha llamado la migración actual venezolana la Red Eclesial CLAMOR, denunciando en la última declaración, además el problema de la trata de personas el de la esclavitud sexual, y señalando la venta de la arepa que se está convirtiendo en un símbolo de la lucha por el trabajo que tiene el pueblo venezolano en este momento, en los países de frontera. En ese sentido ¿cuál es la situación de los jóvenes en relación a la migración? ¿Han encontrado colaboración de los países hermanos?

Muchos de los jóvenes nacieron en este período, llamémosle revolucionario, y están reaccionando porque no ven futuro. Algunos se están yendo del país, otros luchan, otros tal vez apelan a la violencia,  pero el desconsuelo y la falta de visión de futuro que no se les ofrece, está golpeando mucho a los jóvenes.

Por otra parte, como he indicado públicamente, estamos sumamente agradecidos por la fraternidad de los países y del episcopado, concretamente el de Colombia, en particular el de la diócesis de Cúcuta, que no sólo nos ayuda para conseguir insumos para los orfanatos y seminarios, sino que está recibiendo continuamente a tantas personas que están pasando día a día las fronteras. Mantenemos un contacto directo con el obispo de Cúcuta y con las oficinas que tienen que ver con la pastoral social. Quiero reconocer públicamente este gesto de caridad de todos los países y particularmente de la Diócesis de Cúcuta.  

Monseñor, para finalizar, ¿desea enviar un mensaje a la comunidad internacional y a los pueblos hermanos de Latinoamérica?

El mensaje es que no disminuya la solidaridad. Yo le haría un llamamiento sobre todo a los países de Europa y a los EE.UU. que hablan de poner sanciones: creo que una de las primeras sanciones que tendrían que poner es la de no vender armas. No vender armas ni al gobierno ni a los grupos violentos de cualquier signo, que están presentes no sólo en Venezuela sino en América Latina.

Si hay una solidaridad y preocupación de los países europeos y de otros países tiene que ser más por la gente que por intereses económicos. Sé bien que hay muchos países europeos que están preocupados no por la gente, no por la situación política, sino por los intereses económicos y políticos que tienen en Venezuela. El llamado es a que no vendan armas, ni al gobierno ni a los grupos armados de Venezuela ni de cualquier parte del mundo.

(Griselda Mutual – Radio Vaticano)

 








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