2017-07-04 17:31:00

La “cariño terapia” cura y el Papa pide acompañar y cuidar la vida hasta el final


REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita Guillermo Ortiz

La angustia, desesperación, dolor de los papás por el hijo enfermo, brotan del amor. Y a veces no nos damos cuenta que este mismo amor es la cura más importante que podemos ofrecer al que está mal. Escuché a la mamá de un niño también afectado por una enfermedad rara, que ella entendió cuánto era importante para su hijo, cuando lo tuvo que asistir personalmente en una de sus crisis. Ese niño podía vivir solo un año según los médicos. Hoy tiene 8, está en la escuela y se comunica con un aparato especial.

En el hospital y recibiendo a niños con enfermedades raras Papa Francisco ha citado ya varias veces la “cariñoterapia”. Y en el caso de Charlie Gard, que los médicos consideran incurable y toda la polémica en su entorno, el Obispo de Roma pidió que se respetara la volutand de los los padres, que se acompañe y cuide la vida hasta el final y dijo que “defender la vida humana, sobre todo cuando está herida por la enfermedad, es un empeño de amor que Dios confía a todo hombre”.

Que pasa si por un momento dejamos de lado los cables, los juicios médicos realizados a partir de la lectura de aparatos sofisticados y pensamos en el amor y en el don de la vida que Dios nos regala, con más o menos límites de salud. Este tiempo más largo o más corto de vida que tenemos “es –como dice el Papa- un empeño de amor que Dios confía al hombre”. No nos pide curar ni conjurar la muerte. Nos pide acompañarnos y cuidarnos con amor y al final, el nos resucitará. @jesuitaGuillo








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