La verdadera Rosa que el Papa puso a los pies de la Virgen de Fátima

REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita Guillermo Ortiz

Nos quedan en la memoria las imágenes piadosas y bellísimas del “Pueblo fiel de Dios” –infalible en el modo de creer-; de todos los peregrinos que hicieron visible la Iglesia entera junto con el Papa Francisco, rezando bajo el manto de la Virgen de Fátima el 12 y 13 de mayo de 2017, centenario de las apariciones de la Virgen a los pastorcitos.

El Papa expresó en el video previo a su llegada: “Me presento ante la Virgen como Pastor universal, ofreciéndole un ramo con las "flores" más bellas que Jesús ha confiado a mi cuidado (cf. Jn. 21, 15-17), es decir, los hermanos y hermanas de todo el mundo redimidos por su sangre, sin excluir a nadie. Por eso necesito que se unan a mí; necesito que se unan —física o espiritualmente, lo importante es que brote del corazón— para componer mi ramo de flores, mi "rosa de oro". De este modo, formando todos "un solo corazón y una sola alma" (cf. Hch. 4,32), los confiaré a la Virgen, pidiéndole que les susurre: "Mi Inmaculado Corazón será tu refugio y el camino que te conducirá a Dios" (Aparición, junio de 1917)”.

Aunque vos no hayas peregrinado con el Papa a Fátima, como bautizado podes sentirte unido, como parte de este Pueblo fiel de Dios y nutrirte de esta consolación, esta caricia, este amor de Dios por todos y cada uno, para que tu corazón se libere del mal y se llene de alegría y esperanza para continuar la peregrinación de la vida. @jesuitaGuillo