2017-05-03 10:17:00

"Contar este viaje es hablarles de esperanza". Catequesis del Papa


(RV).- Al regreso de su viaje apostólico a Egipto, “tierra de civilización y tierra de alianzas,” tal como él mismo la llamó en su discurso en la Conferencia Internacional sobre la paz en el Cairo, el Papa Francisco dedicó la audiencia general del primer miércoles de mayo a realizar un resumen del viaje, de sus intenciones y de la esperanza vista en él.

De hecho, tras manifestar su gratitud al pueblo egipcio, a las autoridades, y a los líderes religiosos, el pontífice realizó un repaso de las citas mantenidas durante su estadía en la República Árabe de Egipto, deteniéndose en particular en los encuentros mantenidos en el primer día de su visita, dedicados a fomentar el diálogo entre cristianos y musulmanes, y a promover la paz: “Para toda la humanidad Egipto es sinónimo de antigua civilización, de tesoros de arte y  de conocimiento y esto nos recuerda que la paz se construye a través de la educación, la formación de la sabiduría de un humanismo que comprende como parte integrante la dimensión religiosa, la relación con Dios, como ha recordado el Gran Imán en su discurso”, dijo, haciendo alusión también, a algunos pasajes de su primer discurso.

La paz se construye – continuó – volviendo a partir de la alianza entre Dios y el hombre, fundamento de la alianza entre todos los hombres, basada sobre el decálogo escrito en las tablas del monte Sinaí, pero más profundamente en el corazón de los hombres de todo tiempo y lugar, el cual -  añadió - se resume en los dos mandamientos de amor de Dios y del prójimo.

En ese sentido Francisco afirmó que dicho fundamento  está en la base de la construcción del orden social y civil, al cual están llamados a colaborar todos los ciudadanos “de cualquier origen, cultura, religión”, y  recordó asimismo, el llamado a los cristianos de Egipto – como de todo cristiano de la tierra- a ser levadura de fraternidad, lo cual es posible “si viven en sí mismos la comunión con Cristo”.

Una mención especial fue al signo de comunión con el Patriarca Tawadros II, con quien firmó la Declaración conjunta comprometiéndose a no repetir el bautismo administrado en las respectivas iglesias, y también a la oración conjunta por la paz con el Patriarca de Constantinopla.

Por último, del segundo y último día de su viaje apostólico que lo viera encontrar a la pequeña comunidad cristiana y al clero, el Papa destacó la exhortación que hiciera a los cristianos de Egipto a “encontrar en Cristo la alegría de la fe” y la belleza de la Iglesia egipcia, vista en esa comunidad “de hombres y mujeres que han elegido donar la vida a Cristo por el Reino de Dios

“Contarles este viaje – resumió el Papa - entra en el camino de hablarles de esperanza: para nosotros Egipto tiene ese signo de esperanza sea por la historia como por el hoy, por esta fraternidad que les estoy narrando”. 

A continuación el resumen de la catequesis que el Papa pronunció en español:

Queridos hermanos y hermanas

Deseo hablarles hoy sobre mi reciente Viaje apostólico en Egipto. El lema del viaje era: «El Papa de la paz en un Egipto de paz». El primer día tuve varios encuentros encaminados a fomentar el diálogo entre cristianos y musulmanes, y a promover la paz. Egipto es tierra de civilización y de cultura, y esto nos enseña que la paz se construye mediante una educación integral que comprende la dimensión religiosa y la relación con Dios.

Viví además un signo de comunión con el querido hermano Papa Tawadros II, Patriarca de los Coptos ortodoxos. Renovamos nuestro compromiso de caminar juntos y firmamos una Declaración conjunta, en la que nos comprometemos a no repetir el Bautismo administrado en nuestras respectivas Iglesias. Acompañados también por el Patriarca de Constantinopla, rezamos por los mártires de los recientes atentados; su sangre fecunda el diálogo ecuménico y a toda la Iglesia.

El segundo día estuvo dedicado a los fieles católicos. Los animé a que reavivaran en ellos la experiencia de los discípulos de Emaús. Después me reuní con sacerdotes, religiosos y religiosas y seminaristas. En ellos he visto la belleza de la Iglesia en Egipto y recé con ellos por todos los cristianos de Oriente Medio.

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España y Latinoamérica. Que la Sagrada Familia de Nazaret, que emigró a la tierra del Nilo para huir de la violencia de Herodes, bendiga y proteja al pueblo de Egipto; y a todos ustedes les conceda paz y bien en sus vidas. Muchas gracias.

(Griselda Mutual - Radio Vaticano)








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