2017-04-24 18:39:00

Renacidos en pascua en la muerte y resurrección de Jesús por el bautismo


REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita Guillermo Ortiz

El gran Cirio pascual se encendió en el “fuego nuevo”, que apenas conjuraba la oscuridad del atrio de la iglesia. Pero del cirio fueron tomando luz todas las velas, candelas y pequeños cirios de los fieles, que dentro del santuario esperaban, pero como en la oscuridad de la tumba de Cristo muerto, aquella donde descendió a los infiernos, antes de resucitar de entre los muertos.

Y todo el templo se fue llenando de luz poco a poco, pero de aquella luz que representa la vida nueva de Jesús resucitado, la del cirio pascual.

Como parte de la liturgia de la Vigilia Pascual y antes de los bautismos, el diácono introdujo en la bella fuente bautismal el Cirio pascual por tres veces en el momento de la bendición del agua. Y despues fueron pasando uno a uno los bautisandos. Y por el lavado del Bautismo en la muerte y resurrección de Cristo, renacieron a la vida nueva de los hijos de Dios.

Por eso, en los días que siguen a la Octava de Pascua, en la liturgia de la palabra el agua corre a torrentes e inunda mansamente todo. Es el agua del bautismo en la muerte y resurrección de Cristo que nos regenera y nos hace renacer para Dios.

Papa Francisco insistió varias veces en conocer la fecha en la que fuimos bautizados, como la fiesta del nacimiento a la familia de Dios. Una fecha que no debemos dejar de celebrar, tanto y como la misma resurrección de Cristo.








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