2017-04-13 13:54:00

Papa: pedir con más fuerza la paz, el mundo pare a los señores de la guerra, visitar a los encarcelados


(RV).- «Pienso que hoy el pecado se manifiesta con toda su fuerza de destrucción en las guerras, en las diversas formas de violencia y maltrato, en el abandono de los más frágiles. El mundo debe parar a los señores de la guerra. Porque los que pagan son siempre los últimos, los inermes». Así empieza el artículo que presenta la entrevista al Papa Francisco, realizada por el periodista Paolo Rodari, del diario italiano La Repubblica, y publicada en el día en el que el Papa celebra la Misa de la Cena del Señor con el rito del lavatorio de los pies a algunos detenidos, en la Cárcel de Paliano, Frosinone, en la diócesis de Palestrina, a unos 60 kilómetros de Roma.

Ante la pregunta de cómo está viviendo esta víspera de Pascua caracterizada por un escenario mundial de alta tensión, el Papa responde:

«Pienso sólo en pedir con más fuerza la paz para este mundo sometido a los traficantes de armas que ganan con la sangre de hombres y mujeres».

Y a la pregunta de por qué también este Jueves Santo va a una cárcel la respuesta del Santo Padre es:

«El pasaje evangélico del juicio universal dice: ‘Estuve preso y me viniste a visitar’. Allí está, el mandato de Jesús vale para cada uno de nosotros, pero sobre todo para el obispo que es el padre de todos».

En varias oportunidades ha dicho que se siente pecador como los encarcelados, ¿en qué sentido? – es otra pregunta a la que el Papa Francisco responde:

«Algunos dicen: son culpables. Yo respondo con la palabra de Jesús: el que no tiene culpa que tire la primera piedra. Mirémonos dentro y tratemos de ver nuestras culpas. Entonces, el corazón se volverá más humano».

En este contexto, el entrevistador le pregunta al Santo Padre si eso es lo que tienen que hacer los pastores. Es decir, estar al servicio de todos. Y él responde:

«Como sacerdotes y como obispos tenemos que estar siempre al servicio de. Como dije en una visita a una cárcel, el primer Jueves Santo, después de mi elección: es un deber que me nace del corazón».

Ante la pregunta de lo que piensa sobre las armas que matan también en estos días, el Papa añade:

«Como ya dije también en el reciente mensaje para la jornada mundial de la paz, el siglo pasado fue devastado por dos guerras mundiales terribles, ha conocido la amenaza de la guerra nuclear y numerosos otros conflictos, al tiempo que hoy, lamentablemente, estamos ante una terrible guerra mundial a pedazos. No es fácil saber si el mundo en la actualidad es más o menos violento que ayer, ni si los medios modernos de comunicación y la movilidad que caracteriza nuestra época nos hacen tener más conciencia de la violencia o nos acostumbran más a ella».

¿Lleva a la cárcel un mensaje de paz y de esperanza a pesar de todo? Es la pregunta con la que termina la entrevista. Y el Papa responde:

A veces, cierta hipocresía lleva a ver en los encarcelados sólo a personas que se han equivocado, para las cuales el único camino es el de la cárcel. Pero, repito, una vez más, todos tenemos la posibilidad de equivocarnos. Todos de una u otra forma nos equivocamos. Y la hipocresía hace que no se piense en la posibilidad de cambiar de vida: hay poca confianza en la rehabilitación, en la reinserción en la sociedad. Pero de este modo se olvida que todos somos pecadores y, a menudo, también somos prisioneros sin darnos cuenta. Cuando se permanece encerrados en prejuicios propios, o se es esclavos de los ídolos de un falso bienestar, cuando nos movemos dentro de esquemas ideológicos o se absolutizan leyes de mercado que aplastan a las personas, en realidad no se hace más que estar entre los estrechos muros de la celda del individualismo y de la autosuficiencia, privados de la verdad que genera la libertad. Y señalar con el dedo a alguien que se ha equivocado no puede volverse una coartada para esconder sus propias contradicciones».

(CdM – RV)








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