2017-03-17 10:09:00

Invitaba a todos sus feligreses a que hicieran la oración de los Ejercicios Espirituales ignacianos


REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita Guillermo Ortiz

Podemos decir que toda la obra física, material, el trabajo del santo Cura Brochero, en Argentina, fue gracias a la fuerza de la oración. Y también podemos decir que son pocos los que concentran su trabajo de párroco en la invitación a la oración, del modo como lo hizo Brochero. Por eso recuerdo aquí palabras de Francisco en la homilía de canonización.

“… el misterio de la oración es gritar, no cansarse y, si te cansas, pide ayuda para mantener las manos levantadas. …Orar no es refugiarse en un mundo ideal, no es evadirse a una falsa quietud. Por el contrario, orar es luchar, y dejar que también el Espíritu Santo ore en nosotros…

Los santos son hombres y mujeres que entran hasta el fondo del misterio de la oración. Hombres y mujeres que luchan con la oración, dejando al Espíritu Santo orar y luchar en ellos; luchan hasta el extremo, con todas sus fuerzas, y vencen, pero no solos: el Señor vence a través de ellos y con ellos. También estos siete testigos que hoy han sido canonizados, han combatido con la oración la buena batalla de la fe y del amor. Por ello han permanecido firmes en la fe con el corazón generoso y fiel. Que, con su ejemplo y su intercesión, Dios nos conceda también a nosotros ser hombres y mujeres de oración; gritar día y noche a Dios, sin cansarnos; dejar que el Espíritu Santo ore en nosotros, y orar sosteniéndonos unos a otros para permanecer con los brazos levantados, hasta que triunfe la Misericordia Divina”. @jesuitaGuillo








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