2017-03-15 12:04:00

Catequesis del Papa: mantenerse alegres en la esperanza


 

(RV).- El Papa Francisco – tras haber concluido  el pasado 10 de marzo  los Ejercicios Espirituales en preparación a la Pascua, junto a los demás miembros de la Curia Roma en la Casa del Divino Maestro de la cercana localidad de Ariccia – reanudó, el tercer miércoles de marzo, su tradicional Audiencia General, ante la presencia de varios miles de fieles y peregrinos de numerosos países, que se dieron cita en la soleada Plaza de San Pedro para escuchar su catequesis semanal, rezar por sus intenciones de Pastor de la Iglesia Universal y recibir su bendición apostólica. 

En esta ocasión, mediante la lectura de un pasaje de la Carta de San Pablo a los Romanos, en la que el Apóstol invita a servir al Señor con solicitud incansable, teniendo horror al mal y pasión por el bien, siendo – además – pacientes en la tribulación y perseverantes en la oración, el Santo Padre centró su catequesis en el hecho de estar alegres en la esperanza.

Hablando en italiano, el Obispo de Roma reafirmó el gran mandamiento de amar a Dios con todo el corazón y con toda el alma; y al prójimo como a nosotros mismos – tal como nos lo enseña Jesús – corroborando que estamos llamados al amor y a la caridad, que es nuestra vocación por excelencia, a la que está ligada también la alegría de la esperanza cristiana.

Sin embargo, el Pontífice destacó que el Apóstol nos advierte ante el riesgo de que nuestra caridad, nuestro amor, sea hipócrita. De ahí su invitación a preguntarnos ¿cuándo sucede esto y cómo podemos estar seguros de que nuestro amor sea sincero y nuestra caridad auténtica?

Francisco afirmó que la hipocresía puede insinuarse por doquier cuando nuestro amor es interesado, o está movido por intereses personales; o cuando nuestros servicios caritativos son hechos para hacernos ver o para sentirnos satisfechos. Y añadió que detrás de todo esto se esconde una idea falsa, engañosa, en el sentido de que creemos que si amamos es sólo mérito nuestro, cuando en realidad – dijo el Papa – es ante todo una gracia que nos da el Señor y que nosotros aceptamos libremente.

Después de recordar que Pablo nos invita a reconocer que somos pecadores y que también nuestro modo de amar está marcado por el pecado; el Sucesor de Pedro agregó que el Apóstol también se hace portador de un anuncio nuevo, de esperanza; a saber: Que el Señor abre ante nosotros un camino de liberación y salvación. Es decir, la posibilidad de vivir el gran mandamiento del amor, de llegar a ser instrumentos de la caridad de Dios. Y esto se produce cuando permitimos que Cristo Resucitado nos cure y renueve el corazón.

El Papa Bergoglio concluyó su catequesis de la segunda semana de Cuaresma reafirmando que esta enseñanza del Apóstol Pablo es el secreto para estar alegres en la esperanza, porque sabemos que en toda circunstancia, incluso en la más adversa, el amor de Dios jamás decae.

(María Fernanda Bernasconi – RV). 








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