2017-03-13 16:50:00

El servidor pobre y humilde, desarmado, sin hijos y sin casa, del ángelus de Francisco


REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita Guillermo Ortiz

No eran esas las expectativas. Esperaban un rey potente y glorioso, un señor de grandes riquezas. Y sin embargo Jesús se presenta como un siervo humilde y desarmado, como un hombre pobre, sin descendencia, célibe, sin casa. Así dijo el Papa de Jesús, el 12 de marzo del 17.

Francisco afirmó que se trata verdaderamente de “una revelación de Dios invertida y el signo más desconcertante de este escandaloso cambio es la cruz. Pero precisamente a través de la cruz Jesús llegará a la gloriosa resurrección, que será definitiva, no como esta transfiguración que duró un momento, un instante”.

Este servidor pobre y humilde, desarmado, sin hijos y sin casa es el que van conociendo los discípulos. Pero todavía hay otra cosa más infamante que ellos desconocen. En el momento de la llamada “transfiguración” de Jesús ellos van camino de Jerusalen donde Jesús deberá sufrir una condena a muerte por crucifixión y esa es la prueba más dura para la fe de todos sus discípulos.  El Vicario de Cristo explicó entonces que “Jesús quiere preparar a los suyos a este escándalo – el escándalo de la cruz –  a este escándalo demasiado fuerte para su fe y, al mismo tiempo, preanunciar su resurrección, manifestándose como el Mesías, el Hijo de Dios”. “Quien muere con Cristo, con el resurgirá. Quien lucha junto a Cristo, con el triunfara”, afirmó Francisco. @jesuitaGuillo








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