2017-01-05 16:06:00

De las lágrimas como las de María y Raquel, que son semilla de esperanza, habló el Papa


REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita Guillermo Ortiz

El dolor de la madres y la esperanza que Dios ofrece, pero siempre en el marco de un pueblo, de una familia más grande, fue el trasfondo de la Catequesis de Francisco el 4 de enero de 2016,

“Son muchas, también hoy, las madres que lloran, que no se resignan a la pérdida de un hijo, inconsolables ante una muerte imposible de aceptar – dijo Francisco-. Raquel contiene en sí el dolor de todas las madres del mundo, de todo tiempo, y las lágrimas de todo ser humano que llora pérdidas irreparables”.

Y explicó que este rechazo de quien no quiere ser consolado nos enseña cuánta delicadeza se nos pide ante el dolor de los demás. Y afirmó que “para hablar de esperanza con quien está desesperado, se necesita compartir su desesperación; para secar una lágrima del rostro de quien sufre, es necesario unir a su llanto el nuestro. Solo así, nuestras palabras pueden ser realmente capaces de dar un poco de esperanza. Y si no puedo decir palabras así, con el llanto, con el dolor, mejor el silencio. La caricia, el gesto y nada de palabras”.

Como el Papa reflexionó afirmándose en la Palabra de Dios, recordó en esta historia de Raquel que “al dolor y al llanto amargo de Raquel, el Señor responde con una promesa que ahora puede ser para ella motivo de verdadera consolación: el pueblo podrá regresar del exilio y vivir en la fe, libre, la propia relación con Dios. Las lágrimas han generado esperanza. Y esto nos fácil de entender, pero es verdadero. Tantas veces, en nuestra vida, las lágrimas siembran esperanza, son semillas de esperanza.” @jesuitaGuillo








All the contents on this site are copyrighted ©.