Al no hacerse bautizar los fariseos y los doctores de la Ley frustraron el designio de Dios para con ellos

REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita Guillermo Ortiz

Así lo dice el Evangelio de San Lucas, en el capítulo 7: "frustraron el proyecto de Dios para con ellos".

¿Y nosotros? En estos días primero hemos tenido en la liturgia el testimonio de Juan Bautista en el desierto que grita: "Conviértanse porque el Reino de Dios está cerca". A muchos -que no lo vieron por TV- la noticia de Juan les picó adentro y fueron hasta el borde del desierto, y en el río Jordán recibieron el bautismo de penitencia. Creyeron y cambiaron de vida. Pero ¿qué ha sucedido dentro, en vos y en mí, en este tiempo de Adviento?, ¿Creemos o no creemos el anuncio de Juan?; ¿Hay arrepentimiento en nosotros de las ofensas a Dios, el maltrato a los demás, los daños que nos hacemos a nosotros mismos?, ¿Cuánto hace que no pasamos por el confesionario, después que Francisco un año entero, en el Año de la Misericordia, repitió incansable que Dios perdona siempre?

Hoy, en lo que sigue del Evangelio, el mismo Jesús acredita a Juan Bautista, diciendo que "él es aquel de quien está escrito: Yo envío a mi mensajero delante de ti para prepararte el camino". Jesús nos dice que Juan es creíble. ¿Qué haremos en consecuencia?, ¿Qué cambiaremos de nuestra vida?, ¿Cómo?, ¿Cuándo?

Al menos digámosle a Jesús esa oración que nos enseñó Francisco: "Señor, hacelo vos que yo no puedo", repitiéndolo hasta que el mismo Jesús se apiade de nosotros y él mismo abra las puertas de nuestro corazón a su venida. @jesuitaGuillo