2016-11-12 18:48:00

No de la solidez de la piedra sino de aquella de la fe, habla Jesús en el Evangelio


REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita Guillermo Ortiz 

Con la lectura del EVANGELIO del Domingo 5 minutos

La solidez de la piedra nos da seguridad, firmeza y hasta refugio de la intemperie y las agresiones, pero solamente hasta el momento en el que la tierra tiembla con terremotos y catástrofes.

Cuando los contemporáneos de Jesús ponderan las hermosas piedras del Templo, Jesús les recuerda que de todo eso no quedará nada. Les viene inmediatamente a la mente el fin del mundo con guerras, pestes y cataclismos y le preguntan cuándo sucederá eso. Pero a Jesús no le preocupa el derrumbe de todo. A Jesús le preocupa que sus seguidores estén bien aferrados a la fe en él, para que no tengan miedo de nada y puedan soportar lo más dañino que es el odio a la fe, las persecuciones que sufrirán a causa de su Nombre. Sus discípulos tienen que saber que el miedo es lo contrario a la fe y que lo que vale después de todo es la perseverancia, la constancia sobre la roca de la fe. Por eso les explica que tienen que prepararse para ser detenidos, perseguidos, entregados a las sinagogas por sus propios hermanos, padres y amigos, encarcelados a causa de su Nombre. Pero todo esto sucederá para que la gente conozca la fuerza de la fe en Jesús que no abandona a los suyos nunca.

Pidamos al Señor la constancia, la fidelidad, la perseverancia en la fe que salva nuestra vida del odio y el cataclismo.








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