2016-11-04 18:01:00

Nos unen los latidos de amor de Jesús por nosotros, si nos unimos cada vez más a él, afirma el Papa


REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita Guillermo Ortiz 

Citando las palabras de Jesús: yo soy la vid y ustedes los sarmientos, Francisco pidió a Jesús durante la conmemoración por los 500 años de la Reforma protestante:  “Ayúdanos con tu gracia a estar más unidos a ti”. El punto neurálgico no es la unión de los cristianos entre sí, sino la unión de cada uno con Cristo. Porque incluso también para Lutero, como recordó el Papa, la cuestión decisiva de la vida es la relación justa con Dios.

Para Francisco no se trata, por tanto, de cualquier unidad, sino de la unidad que brota de la comunión con Jesucristo: “Permanezcan en mí y yo en ustedes”. En un diálogo ecuménico cristocéntrico que se funda en el deseo de unidad que el mismo Jesucristo tiene; unidad de los que creen en él.

Por eso, más allá del lugar común donde se conmemoró la Reforma protestante en Sucesia, no son los ornamentos litúrgicos idénticos ni la foto de grupo lo que elimina las diferencias reales. Los gestos del Papa manifestan la voluntad de encuentro y diálogo ecuménico y las palabras explican claramente que la clave es la unidad con Jesucristo: “Señor, ayúdanos con tu gracia a estar más unidos a ti para dar juntos un testimonio más eficaz de fe, esperanza y caridad”.








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