2016-10-31 11:59:00

“Permanezcan en mí” pide Jesús a sus discípulos y Francisco busca audazmente el encuentro en la conmemoración luterana


REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita Guillermo Ortiz

El 31 de octubre de 1517 Martín Lutero, fraile Agustino, publicó sus tesis sobre la Reforma. La conmemoración de los 500 años de la Reforma protestante ofrece la ocasión ecuménica de celebrarla juntos, si se considera que el mismo evento conjunto indica ya que en los 50 años de diálogo ecuménico se han dado pasos tan importantes como para permitir el vuelo audaz del Papa a Suecia el 31 de octubre de 2016.

La invitación de la Federación Luterana Mundial a conmemorar juntos el evento, hacen que un Papa que entiende que los gestos son tan importantes para la unidad y la comunión como la discusión teológica, no se eche atrás, y que dé al mundo un fuerte testimonio de la necesidad de trabajar intensamente por la cultura del encuentro, del diálogo, en la construcción de la unidad, la comunión y la paz.

La conmemoración conjunta es fruto del trabajo, del esfuerzo perseverante de tantos hombres y mujeres de buena voluntad tanto católicos como luteranos, que no se resignan a la división y que buscan ser fieles al mandamiento de Jesús: “Permanezcan en mí”.

El encuentro con recíprocos pedidos de perdón por las heridas provocadas, el Credo rezado juntos, la oración común, el compromiso para la acción conjunta sobre todo de obras de misericordia, más la declaración común, abren una página nueva en la relación ecuménica de católicos y luteranos.








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