2016-10-22 16:10:00

Radio Vaticano en español para Guinea Ecuatorial y África


La Iglesia mira a las personas ancianas con afecto, gratitud y gran estima, los abuelos y las abuelas son parte esencial de la comunidad cristiana, de las familias y de la sociedad

(RV).- Dedicamos nuestro espacio al encuentro del Papa Francisco con cerca de siete mil representantes de la asociación nacional italiana de trabajadores mayores.

Una vez más, el Papa Francisco habló de la presencia importante de las personas ancianas porque su «experiencia constituye un tesoro precioso, indispensable para mirar al futuro con esperanza y responsabilidad».

En particular, representan las raíces y la memoria de un pueblo

El Obispo de Roma hizo hincapié en «que la madurez y sabiduría de los ancianos, acumulada a lo largo de los años, pueden ayudar a los más jóvenes, sosteniéndolos en el camino del crecimiento y de la apertura al futuro, en la búsqueda de su camino».

En efecto, «los ancianos, de hecho, testimonian que, incluso en las pruebas más difíciles, nunca hay que perder la confianza en Dios y en un futuro mejor. Ellos son como árboles que continúan dando frutos: incluso bajo el peso de los años, pueden dar su contribución original para una sociedad rica en valores y para la afirmación de la cultura de la vida».

Poniendo en guardia contra «la cultura nociva del descarte, que margina a los ancianos considerándoles improductivos», el Papa Francisco señaló que «los responsables públicos, las realidades culturales, educativas y religiosas, como también todos los hombres de buena voluntad, están llamados a esforzarse en construir una sociedad siempre más acogedora e integradora».

El Papa destacó que «en los países que han padecido una grave persecución religiosa, han sido los abuelos los que han transmitido la fe a las nuevas generaciones, llevando a los niños a recibir el bautismo en un contexto de sufrida clandestinidad».

«Es importante también favorecer el vínculo entre generaciones», reiteró el Santo Padre, poniendo de relieve que «el futuro de un pueblo requiere el encuentro entre jóvenes y ancianos: los jóvenes son la vitalidad de un pueblo en camino y los ancianos refuerzan esta vitalidad con la memoria y la sabiduría».

El encuentro, en el Aula Pablo VI, que tuvo lugar en el marco de una jornada de reflexión y de oración, insertada en el contexto de la Fiesta de los Abuelos, concluyó con la invitación del Santo Padre a rezarle todos juntos a «la abuela de Jesús, Santa Ana: que  nos enseñe a ser buenos y sabios abuelos».

Una vez más nos acompaña la Voz de los Peregrinos en la Plaza de San Pedro

 (CdM – RV)








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