2016-08-19 17:13:00

La compasión de Jesús no es un sentimiento vago, muestra su voluntad de estar cerca nuestro para salvarnos, afirma Francisco


REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita Guillermo Ortiz

Después de recibir la noticia de la ejecución de su primo Juan Bautista, Jesús atravesó el lago en búsqueda de “un lugar desierto para estar a solas” (Cfr. Mateo 14,13-21). Pero cuando desembarcó vio que una gran muchedumbre lo esperaba y, “compadeciéndose curó a los enfermos”.

Refiriéndose a este pasaje del Evangelio el Papa explicó el 17 de agosto de 2016: “Así es Jesús: siempre con la compasión, siempre pensando en los demás... Jesús no es frío, no tiene un corazón frío. Jesús es capaz de conmoverse. Por una parte Él se siente ligado a esta multitud y no quiere que se vaya; por otra, tiene necesidad de soledad, de oración. Muchas veces pasa la noche orando con su Padre”.

“Pero aquel día el Maestro se dedicó a la gente. Su compasión no es un vago sentimiento; muestra, en cambio, toda la fuerza de su voluntad por estar cerca de nosotros y salvarnos. Nos ama tanto Jesús que quiere estar siempre cerca nuestro.

Al caer la tarde, Jesús se preocupa por dar de comer a todas aquellas personas cansadas y hambrientas. Jesús cuida de cuantos lo siguen… Y les demostró que los pocos panes y peces que tenían, con la fuerza de la fe y de la oración, podían ser compartidos por toda aquella gente. @jesuitaGuillo

 








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