2016-08-10 10:00:00

Jesús no es indiferente ante las lágrimas de una madre y, lleno de misericordia por su sufrimiento, la consuela y actúa, dijo el Papa


FLASH CATEQUESIS 10/08/16, jesuita Guillermo Ortiz

Que Cristo nos enseñe a ser “misericordiosos y atentos a las necesidades de nuestros hermanos, recordando que la misericordia es un camino que sale del corazón y que debe llegar a las manos, a las obras de misericordia”, rogó Francisco en la Catequesis del 10 de agosto.

Fundado en el pasaje del Evangelio donde Jesús, movido por la ternura ante el dolor de una madre viuda que lleva a enterrar a su único hijo, hace el milagro de resucitar al joven, restituyéndolo vivo a la madre, el Obispo de roma dijo que “Jesús, en la puerta del pequeño poblado de Naín, no se queda indiferente frente a las lágrimas de la mujer sino que, lleno de misericordia por su sufrimiento, la consuela y actúa”.

En pleno Jubileo de la misericordia Francisco explicó que “pasar por la Puerta Santa es dirigimos a la puerta del corazón misericordioso de Jesús que, como al joven difunto, nos invita a levantarnos y nos hace pasar de la muerte a la vida. Él, con su ternura y su gracia, quiere también encontrarse con nosotros y darnos vida abundante. Llegamos a la Puerta Santa para presentar a la misericordia del Señor la propia vida, con sus alegrías y sus sufrimientos, con sus proyectos y sus caídas, con sus dudas y sus miedos, porque sabemos que es la puerta del encuentro entre el dolor de la humanidad y la compasión de Dios”.

 








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