Desde la parroquia pontificia de Santa Ana rezan para que el Papa sea portador de esperanza

(RV).- “El día de Santa Ana es la fiesta de la madre, de la abuela, es decir, la fiesta de la familia”, con estas palabras el párroco de la parroquia pontificia de Santa Ana -Bruno Silvestrini- explica a Radio Vaticano que van a celebrar un triduo de oración que comienza este sábado, en honor a la abuela de Jesús y de la jornada Mundial de la Juventud.

Asegura Don Bruno que rezará para que el Papa sea portador de esperanza y para que siempre sea acogido con entusiasmo y sepa animar “como él sabe” para llevar el Evangelio y la alegría a los jóvenes quienes serán los cristianos del futuro.

El párroco recuerda que a la pequeña iglesia de Santa Ana -que se encuentra dentro de las murallas vaticanas y a la que se tiene acceso desde la vía de Porta Angélica- pueden acudir todos los fieles que lo deseen sin ningún permiso especial.

Bruno Silvestrini, explica que esta parroquia fue encomendada por el Papa Pío XI,  en 1929, a los agustinos y a la archicofradía vaticana de Santa Ana de’ parafrenieri, que se trasladó a partir de aquel año a la iglesia romana de Santa Catalina della Rota. Asimismo se recuerda que se debe a sus miembros la construcción, en el siglo XVI de esta pequeña iglesia. Mientras la devoción a la abuela de Jesús se remonta a los orígenes de la archicofradía,  cuando sus miembros se reunían en torno a un altar de la Basílica de San Pedro, dedicado a Santa Ana.

(MZ-RV)