2016-07-22 10:59:00

Gratitud del Papa por el testimonio de Carmen Hernández


(RV).- Durante la ceremonia fúnebre por el alma la Señorita Carmen Hernández, coiniciadora del Camino Neocatecumenal – quien falleció el pasado 19 de julio en su casa en Madrid, a la edad de 85 años y cuyo funeral tuvo lugar ayer por la tarde en la Catedral de la Almudena de la capital española – se leyó el mensaje que el Papa Francisco envió a Kiko Argüello en el que manifiesta su gratitud por el testimonio que ha dado durante tantos años.

El Santo Padre escribe que recibió “con emoción” la noticia de la muerte de la Señorita Carmen Hernández, después de una larga existencia marcada por su amor a Jesús y por un gran entusiasmo misionero”. De ahí que “en esta hora de dolorosa separación” el Pontífice manifieste su cercanía espiritual junto con su afecto por todos los familiares y el mismo Camino Neocatecumenal. El Papa se une asimismo “a cuantos han apreciado su ardor apostólico” que se  concretó de modo especial al indicar “un itinerario de redescubrimiento del bautismo y de educación permanente en la fe”.

Por esta razón, el Papa Bergoglio da “gracias al Señor por el testimonio de esta mujer, animada por un sincero amor a la Iglesia, que ha gastado su vida en el anuncio de la Buena Noticia en cada lugar”, sin olvidarse “de los más alejados”, ni de “las personas más marginadas”.

Francisco encomienda su alma “a la Divina Bondad para que la acoja en el gozo de la Pascua eterna”, a la vez que anima a quienes la han conocido y a cuantos forman parte del Camino Neocatecumenal “a mantener viva su ansia evangelizadora, en una comunión activa con los obispos y sacerdotes y ejercitando la paciencia y la misericordia con todos”.

Con este deseo, el Obispo de Roma invoca la intercesión materna de la Virgen María e imparte a los participantes en el rito de exequias su bendición apostólica.

Texto del mensaje del Santo Padre Francisco:

Francisco (Kiko) Argüello
Camino Neocatecumenal
Madrid

He recibido con emoción la noticia de la muerte de la Sra. Carmen Hernández, después de una larga existencia marcada por su amor a Jesús y por un gran entusiasmo misionero. En esta hora de dolorosa separación estoy espiritualmente cercano con mi afecto a todos los familiares y a todo el Camino Neocatecumenal, del que ella ha sido coiniciadora, como también a cuantos han apreciado su ardor apostólico concretado sobre todo al indicar un itinerario de redescubrimiento del bautismo y de educación permanente en la fe. Doy gracias al Señor por el testimonio de esta mujer, animada por un sincero amor a la Iglesia, que ha gastado su vida en el anuncio de la Buena Noticia en cada lugar, también aquellos más alejados, no olvidando a las personas más marginadas.

Confío su alma a la Divina Bondad para que la acoja en el gozo de la Pascua eterna y anime a aquellos que la han conocido y a cuantos son parte del Camino Neocatecumenal a mantener viva su ansia evangelizadora, en una comunión activa con los obispos y sacerdotes y ejercitando la paciencia y la misericordia con todos.

Con este deseo, invoco la intercesión materna de la Virgen María e imparto a cuantos están presentes en el rito de exequias la bendición apostólica.

(María Fernanda Bernasconi - RV). 








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