2016-07-21 13:09:00

Ofrecer al mundo un nuevo signo de armonía, unidos en el nombre de Jesús. Deseo del Papa para la JMJ


REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita Guillermo Ortiz

En un tiempo marcado por la violencia, el miedo, el gran negocio de la guerra y la destrucción, Francisco Papa expresó con claridad su intención de la Jornada Mundial de la Juventud 2016 en Cracovia. Dice en el video previo al encuentro: “Deseo mucho encontrarme con ustedes, para ofrecer al mundo un nuevo signo de armonía, un mosaico de rostros diferentes, de tantas razas, lenguas, pueblos y culturas, pero todos unidos en el nombre de Jesús, que es el Rostro de la Misericordia”.

El evento iniciado por el santo polaco Juan Pablo II, resulta así, no un hecho en las nubes, aislado de la cruda realidad de violencia que vivimos a diario y en sintonía con sueños imposibles que se desvanecen rápidamente.

Bajo la guía del Obispo de Roma, la Jornada Mundial de la Juventud, como “peregrinación de fe y caridad”, y como experiencia viva de las palabras de Jesús “Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia” (Mt 5, 7), es un testimonio extraordinario de la unidad y armonía de la Iglesia, precisamente en la diversidad, dentro del “mosaico” de rostros, razas, lenguas, pueblos y culturas, según el principio Bergogliano: “La unidad es superior al conflicto”, pero posible por el Espíritu que Jesús nos infunde en el Bautismo. @jesuitaGuillo

 








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