2016-07-02 14:30:00

El Papa: “Toda unidad auténtica vive de la riqueza de las diversidades que la componen”. Juntos por Europa


(RV).- “Si toda Europa quiere ser una familia de pueblos: que vuelva a poner en el centro a la persona humana, que sea un continente abierto y acogedor, que siga realizando formas de cooperación no sólo económica sino también social y cultural”, lo dijo el Papa Francisco en un video mensaje a los participantes en el 4° Encuentro Internacional de las Comunidades y Movimientos cristianos de Juntos por Europa, reunidos en Múnich, Alemania, bajo el lema: “Encuentro - Reconciliación - Futuro”.

El evento que inició el pasado 30 de junio y culminará este 3 de julio quiere transmitir un signo fuerte de esperanza. A través de varias intervenciones, testimonios, cantos, oraciones, desea dar testimonio de que la unidad es posible, y que la reconciliación es la puerta para la unidad en la diversidad.

El momento culmen de esta manifestación ecuménica fue la proyección del video mensaje del Papa Francisco en la Plaza de Múnich. En su discurso el Santo Padre señaló que “es hora de que nos pongamos juntos, para afrontar con verdadero espíritu europeo las problemáticas de nuestro tiempo”. Haciendo referencia a algunos muros visibles, y también a aquellos invisibles, el Pontífice afirmó que estos muros se alzan en los corazones de las personas, son muros hechos de miedo y de agresividad, de falta de comprensión hacia las personas de distintos orígenes o convicciones religiosas; del egoísmo político y económico, sin respeto a la vida y a la dignidad de cada persona.

“Europa – dijo el Papa - se encuentra en un mundo complejo y fuertemente en movimiento, cada vez más globalizado y, por eso, cada vez menos euro céntrico”. Por ello, agregó el Obispo de Roma, debemos tener el valor de decir: ¡necesitamos un cambio! Europa está llamada a reflexionar y a preguntarse si su inmenso patrimonio, impregnado de cristianismo, pertenece a un museo, o por el contrario, es capaz todavía de inspirar la cultura y de donar sus tesoros a toda la humanidad. Sin olvidar que la historia de Europa es la historia de un continuo encuentro entre el Cielo y la tierra, entre la apertura a lo Trascendente, a Dios; y la capacidad práctica y concreta de afrontar situaciones y problemas.

Antes de concluir su discurso, el Papa Francisco invitó a los participantes a llevar un estilo de vida basado en el amor recíproco, y vivido con radicalidad evangélica. “Una cultura de la reciprocidad, dijo el Papa, significa: confrontarse, estimarse, acogerse, sostenerse mutuamente. Significa valorar la variedad de los carismas, para converger hacia la unidad y enriquecerla. La presencia de Cristo entre ustedes, transparente y tangible, es el testimonio que induce a creer”.

(Renato Martinez – Radio Vaticano)

Texto y audio completo del video mensaje del Papa Francisco

Queridos amigos de Juntos por Europa,

Sé que están reunidos en Múnich de Baviera muchos Movimientos y Grupos, provenientes de varias Iglesias y Comunidades, para su congreso con el título: “Encuentro - Reconciliación - Futuro”.

Tienen razón. Es hora de que nos pongamos juntos, para afrontar con verdadero espíritu europeo las problemáticas de nuestro tiempo. Además de algunos muros visibles, se refuerzan también los invisibles, que tienden a dividir este continente. Muros que se alzan en los corazones de las personas. Muros hechos de miedo y de agresividad, de falta de comprensión hacia las personas de distintos orígenes o convicciones religiosas. Muros de egoísmo político y económico, sin respeto a la vida y a la dignidad de cada persona.

Europa se encuentra en un mundo complejo y fuertemente en movimiento, cada vez más globalizado y, por eso, cada vez menos euro céntrico.

Si reconocemos estas problemáticas epocales, debemos tener el valor de decir: ¡necesitamos un cambio! Europa está llamada a reflexionar y a preguntarse si su inmenso patrimonio, impregnado de cristianismo, pertenece a un museo, o por el contrario, es capaz todavía de inspirar la cultura y de donar sus tesoros a toda la humanidad.

Están reunidos para afrontar juntos estos desafíos abiertos en Europa, y para mostrar testimonios de una sociedad civil que trabaja en red para la acogida y la solidaridad hacia los más débiles y desafortunados, para construir puentes, para superar los conflictos declarados o latentes.

La historia de Europa es la historia de un continuo encuentro entre el Cielo y la tierra: el Cielo indica la apertura a lo Trascendente, a Dios, que desde siempre ha caracterizado al hombre europeo; y la tierra representa su capacidad práctica y concreta de afrontar situaciones y problemas.

También ustedes, Comunidades y Movimientos cristianos nacidos en Europa, son portadores de múltiples carismas, dones de Dios para ponerlos a disposición. “Juntos por Europa” es una fuerza de cohesión, con el claro objetivo de traducir los valores, que son la base del cristianismo, en una respuesta concreta a los desafíos de un continente en crisis.

Su estilo de vida se basa en el amor recíproco, vivido con radicalidad evangélica. Una cultura de la reciprocidad significa: confrontarse, estimarse, acogerse, sostenerse mutuamente. Significa valorar la variedad de los carismas, para converger hacia la unidad y enriquecerla. La presencia de Cristo entre vosotros, transparente y tangible, es el testimonio que induce a creer.

Toda unidad auténtica vive de la riqueza de las diversidades que la componen — como una familia, que está tanto más unida cuanto más cada uno de sus componentes puede ser profundamente sí mismo sin temor. Si toda Europa quiere ser una familia de pueblos: que vuelva a poner en el centro a la persona humana, que sea un continente abierto y acogedor, que siga realizando formas de cooperación no sólo económica sino también social y cultural.

Dios siempre trae novedad. ¡Cuántas veces lo han experimentado ya en su vida! ¿Estamos también hoy abiertos a sus sorpresas? Ustedes, que han respondido con valentía a la llamada del Señor, están llamados a mostrar su novedad en la vida y así, hacer florecer los frutos del Evangelio, frutos germinados de las raíces cristianas, que desde hace 2000 años nutren a Europa. ¡Y producirán frutos aún más grandes! Mantengan la frescura de sus carismas; tengan vivo sus “Juntos”, y ¡amplíenlo! Hagan que sus casas, comunidades y ciudades sean laboratorios de comunión, de amistad y de fraternidad, capaces de integrar, abiertos al mundo entero.

¿Juntos por Europa? Hoy es más necesario que nunca. En una Europa de muchas naciones, ustedes testimonian que somos hijos del único Padre y hermanos y hermanas entre nosotros. Son una semilla de esperanza preciosa, para que Europa redescubra su vocación de contribuir a la unidad de todos.








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