El cardenal Ricardo Ezzati preside Misa de desagravio en Chile

(RV).- Tras los recientes hechos de violencia en la iglesia de la Gratitud Nacional en donde encapuchados de una marcha estudiantil sacaron una imagen de Cristo crucificado y la destrozaron en plena avenida, el arzobispo de Santiago de Chile, el cardenal Ricardo Ezzati presidió una Celebración Eucarística en desagravio.

En su homilía, el cardenal Ezzati, lamentó que el deseo honesto de muchos jóvenes, haya terminado en el atropello a otros derechos. No obstante, llamo al perdón: “Padre perdónalos porque no saben lo que hacen. Padre perdónalos. La súplica de Jesús en la Cruz es también la súplica de la Iglesia, de esta iglesia de Santiago, de esta parroquia María Auxiliadora, de esta obra educativa pastoral de la Gratitud Nacional”.

En la Misa concelebraron los obispos Héctor Vargas de Temuco; Tomás González, emérito de Punta Arenas y Jorge Concha, auxiliar de Santiago, además de numerosos presbíteros de la arquidiócesis de Santiago, y salesianos de varias comunidades, ya que la iglesia saqueada está confiada a la Congregación de don Bosco.

El provincial de los salesianos en Chile, el padre Alberto Lorenzelli explicó el motivo de esta Misa de desagravio: “Queremos así, no condenar, sino perdonar, no culpabilizar, sino liberar, no perseguir, sino acompañar, no herir, sino sanar”.

Al finalizar la Celebración, el Arzobispo de Santiago de Chile, explicó el clima en el que se vivió esta Eucaristía: “Creo que la cosa más importante que podemos destacar es la inmensa participación de la gente tan devota, con una solidaridad muy grande, en una comunión muy profunda, es un signo de mucha vitalidad y de mucha esperanza”.

Por su parte, el padre Alberto Lorenzelli SDB envió un mensaje a quienes cometieron los actos de violencia: “Quisiéramos decirle a esos jóvenes que de parte nuestra hay sentimientos de perdón, de encuentro, de diálogo, pero queremos que sean jóvenes felices, que puedan construir su felicidad día a día, y en el construir la felicidad también ellos puedan ser futuros padres que transmiten esa misma felicidad a sus hijos”.

(Mercedes De La Torre – Radio Vaticano).