Nota Eclesial: palpita el Corazón de Jesucristo

(RV).- El amor de Dios manifiesta su misericordia, en la historia de la humanidad nunca ha faltado su presencia amorosa ni siquiera en los momentos más difíciles. Pues es allí, en estas  circunstancias es cuando el cristiano más escucha el palpitar del Sagrado Corazón de Jesús.

Palpita el Corazón de Jesucristo en su Evangelio, sus palabras y obras, en el altar de la Cruz y con su resurrección. Escuchamos su palpitar en los Sacramentos que purifican, alimentan y consagran a su amor. Si la fuente de vida cristiana es el Sagrado Corazón, también debemos amar como Él.

Pío XII decía que el Corazón de Jesús palpita “en su continuo peregrinar apostólico, cuando realizaba innumerables milagros, cuando resucitaba a los muertos o devolvía la salud a toda clase de enfermos, cuando sufría trabajos, soportaba el sudor, hambre y sed; en las prolongadas vigilias nocturnas pasadas en oración ante su Padre amantísimo; en fin, cuando daba enseñanzas o proponía y explicaba parábolas, especialmente las que más nos hablan de la misericordia, como la parábola de la dracma perdida, la de la oveja descarriada o la del hijo pródigo”. (Haurietis Aquas, 18)

Las abundantes bendiciones que brotan del Corazón de Jesús son fuente inagotable de su misericordia. La fe abre nuestros oídos para escuchar los latidos de su Corazón que se hacen Palabra de vida eterna, diciendo: “no llores” (Lc 7,13) para consolar, y “levántate” (Lc 7,14) dando nueva vida.

El amor y la devoción al Sagrado Corazón de Jesús superan cualquier vago sentimentalismo, por el encuentro real que vivimos en la Eucaristía donde palpita el Corazón de Jesucristo que adoramos y de quien esperamos todo su amor. ¡Sagrado Corazón de Jesús, en Ti confío!

P. Johan Pacheco para RADIO VATICANA. 

@padrejohan