2016-05-25 11:32:00

Catequesis del Papa: la oración como fuente de Misericordia


(RV).- Miles de fieles y peregrinos de numerosos países volvieron a darse cita en la Plaza de San Pedro, el último  miércoles de mayo, para participar en la audiencia general del Papa Francisco, quien continuó con su serie de catequesis sobre la Misericordia en el Nuevo Testamento.

La oración como fuente de Misericordia fue el tema que desarrolló el Santo Padre en esta ocasión  a partir de la lectura de un pasaje tomado del Evangelio de San Lucas (18,1-8). El Obispo de Roma explicó que de esta parábola evangélica se deduce la importante necesidad de rezar siempre y sin desanimarse. Y dijo que no se trata de rezar de vez en cuando, cuando uno siente que tiene ganas, porque el mismo Jesús –  con el ejemplo de la viuda y del juez – dice que hay que hacerlo siempre.

Por una parte está el juez, llamado a emitir sentencias basadas en la Ley de Moisés quien, sin embargo, en este caso era un personaje poderoso, inicuo y sin escrúpulos, que carecía del temor de Dios y a quien no le importaban los hombres. Y, por otra, está la viuda que le pide que le haga justicia.

El Pontífice explicó que ante la indiferencia de este juez, la viuda hace uso de la única arma que tenía, a saber: seguir importunándolo, presentándole con insistencia su petición de justicia. Que obtiene – recordó el Papa – precisamente gracias a esta perseverancia, si bien – dijo – no porque el juez estuviera movido por la misericordia, o porque su conciencia se lo impusiera, sino sencillamente, porque – tal como él mismo admite – esta viuda lo molestaba y de este modo logró que ella dejara de fastidiarlo continuamente.

El Santo Padre explicó que de esta parábola Jesús saca una conclusión doble: si la viuda logró con su instancia que el juez deshonesto la escuchara, cuánto más hará Dios, que es un padre justo y bueno, y que además Dios hará justicia a sus elegidos sin hacerlos esperar durante mucho tiempo.

De ahí la exhortación del Señor a rezar sin desanimarse, a pesar de que todos experimentamos momentos de cansancio y desánimo, sobre todo cuando nuestra oración – dijo el Papa – parece ineficaz.  Francisco concluyó invitando a pedir al Señor una fe que se haga oración constante y perseverante a fin de experimentar en ella la compasión de Dios, que come un Padre sale al encuentro de sus hijos lleno de amor misericordioso.

(María Fernanda Bernasconi - RV).








All the contents on this site are copyrighted ©.