2016-05-14 13:18:00

“Hay una corrupción dañina que perjudica al pueblo”. Mons. Medina


(RV).- “La tierra es un don de Dios. No es justo utilizarla para favorecer sólo a unos pocos, despojando a la mayoría de sus derechos y beneficios. Gracias campesino. Tu aporte es imprescindible para toda la humanidad. Como persona, hijo de Dios, mereces una vida digna”.  Eran las palabras del Papa Francisco en sus intenciones de oración en el mes de abril, en la que también rezaba para que “los pequeños agricultores reciban una remuneración justa por su precioso trabajo”.

Es uno de los temas que toca Monseñor Mario Melanio Medina, entrevistado por Alejandro Frías de Radio San Roque González 570 AM de Paraguay.

Ordenado por el Papa Pablo VI en el día de pentecostés, en 1970, Obispo renunciante de la Diócesis de San Juan Bautista en Misiones Iñambucú, habla de su trabajo de promoción de las vocaciones sacerdotales y religiosas, y pone el acento en la pastoral social para ayudar a la gente a buscar autofinanciamientos o auto sostenimiento, con diversos programas de trabajo con los campesinos.
“A nivel nacional- explica- tratamos de organizar las diócesis para que en cada una de ellas se pueda tener una pastoral social que atienda la evangelización de social y de lo político”.  

Respondiendo a una pregunta sobre el sínodo sobre la familia, Mons. Medina afirma que “el Papa francisco ha ayudado a destrabar prejuicios en la iglesia”, y se hace alusión al trienio de la familia recientemente celebrado en Paraguay, el cual “ha ayudado a crear en todas las parroquias la pastoral familiar”.

En relación a la encíclica del Papa Laudato Sii, sobre el Cuidado de la Casa Común, el prelado se refiere a la difícil situación de los campesinos que se ven perjudicados por la ausencia de una reforma agraria que proteja sus derechos. “Hay una corrupción dañina que perjudica al pueblo”, dice.

Aborda asimismo, el tema de la problemática del despojo de tierras, - por el avance de la agricultura mecanizada- de los agroexportadores a los campesinos, quienes, aun siendo pagados “porque se las compran”, aclara,  al no tener tierras para trabajar, migran a la ciudad, dando lugar a verdaderos “éxodos” que terminan con la formación de los cinturones de miseria. “Un fenómeno, que se da en muchos lugares en Latinoamérica”.

“Nosotros queremos potenciar la agricultura familiar, pequeños proyectos de productores, la artesanía, -enumera - , incluso transformaciones de productos primarios”, pero “se necesita el apoyo del gobierno”.

No falta el tema del desafío de la Evangelización en un contexto de pobreza como el que se vive en diversas partes del país: “Nuestra lucha como iglesia es la evangelización, pero las necesidades perentorias no ayudan para una profunda evangelización”.  “Hay que atender lo social para poder evangelizar”.

“San pablo ya decía que no se puede predicar la Palabra de Dios a estómago vacío”. Por esto es que el Obispo hace el punto en la necesidad de trabajo para que la gente pueda comer, y de un proyecto para superar la miseria. “Esto depende del gobierno”, señala. Además “la pobreza también conspira contra la evangelización”, “la gente no tiene para moverse, para una reunión, para una charla” y “la evangelización implica tener materiales, que la gente pueda educarse, una formación permanente, y la formación permanente de los agentes”. “Los problemas sociales son graves y urgentes”.

(Griselda Mutual – Radio Vaticano)

 








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