2016-05-04 10:59:00

«Dios no descarta a nadie». Catequesis del Papa


(RV).- La misericordia de Dios que no se resigna a perder a nadie en la primera catequesis del Papa Francisco del mes de mayo. Al inicio del mes mariano, y siguiendo con las series de catequesis que explican cómo Jesús ha llevado la misericordia hasta su pleno cumplimiento, el pontífice desarrolló su reflexión a partir de la parábola del Buen Pastor.

'Todos conocemos la imagen del Buen Pastor que se carga sobre las espaldas a la oveja perdida', 'ícono que desde siempre representa el cuidado de Jesús hacia los pecadores y la misericordia de Dios que no se resigna a perder a nadie', dijo el Santo Padre en la catequesis impartida en italiano. La parábola es narrada por Jesús para hacer comprender que su cercanía a los pecadores no debe escandalizar, sino que por el contrario, provocar en todos una seria reflexión sobre cómo vivimos nuestra fe: “Delante de los Fariseos que se escandalizaban de su relación con los pecadores,  -dijo el Papa hablando en español -, Jesús les propone esta paradoja: «¿Quién de vosotros, si se le pierde una oveja, sería capaz de dejar a las noventa y nueve en el desierto para ir a buscarla? Fíjense que no dice que las deja en el redil, en un lugar seguro, sino en el desierto, sin agua, sin comida, a merced de las fieras y ladrones. No parece sensato, y sin embargo así hace el buen Pastor. No se preocupa de poner a salvo primero al resto del rebaño, sino que va de inmediato en busca de la oveja perdida y la lleva a casa sobre sus hombros”.

Dios no descarta a nadie porque es todo amor y misericordia

El pontífice señaló que la enseñanza que el Señor nos quiere dar, es que “ninguna oveja se puede perder”. ¿Por qué? Porque el Señor no se resigna al hecho que ni siquiera un apersona se pueda perder: “¡Dios no conoce nuestra actual cultura del descarte!”. “Dios no descarta ninguna persona; Dios ama a todos, busca a todos… ¡a todos!”: 

“Muchas veces también nosotros nos escandalizarnos de esta actitud aparentemente inconsciente del Señor, pero hay una razón para este modo de actuar. No podemos exigir al Señor que permanezca con nosotros, olvidándose del otro; nadie puede sujetarlo, frenar su amor por todos. Si queremos “tenerle”, debemos seguirlo, seguirlo allí donde se encuentra la oveja descarriada, si nos movemos con él, también nosotros haremos fiesta al encontrarla y volver juntos a casa”.

«Alégrense conmigo» (v.6)

Reflexionar a menudo sobre esta parábola, pensando también en el “buen ladrón”, fue el consejo de Francisco finalizando la catequesis en italiano, porque en la visión de Jesús “nadie está definitivamente perdido”, sino que son “ovejas que van reencontradas”. La perspectiva del Señor es, pues, dinámica, abierta, estimulante y creativa”, y nos empuja a salir en la búsqueda para emprender un camino de fraternidad. “Cada uno de nosotros - concluyó - es esa oveja que el Señor lleno de misericordia ha querido cargar sobre sus hombros para llevarla a casa y, al mismo tiempo, cada uno hemos sido llamados a recoger junto al Buen Pastor a toda la grey, para participar todos de su alegría. Que Dios los bendiga”. 

(Griselda Mutual - Radio Vaticano)








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