2016-04-16 14:30:00

Programa en español para Guinea Ecuatorial y África


(RV).- El Papa Francisco visitó Lesbos, siendo éste el XIII Viaje Apostólico internacional de su pontificado, con un carácter estrictamente humanitario y ecuménico, al que pidió que se le acompañara con la oración, en su audiencia general de esta semana.

Con el Patriarca de Constantinopla Bartolomé y el Arzobispo de Atenas y de toda Grecia, Jerónimo, el Obispo de Roma  visito la isla griega, donde en los meses pasados han transitado numerosísimos prófugos, «para expresar cercanía y solidaridad tanto a los prófugos como a los ciudadanos de Lesbos y a todo el pueblo griego».

Así como, también antes de viajar encomendó, el pasado jueves, su visita, a la Salus Populi Romani,  en la Basílica papal de Santa María la Mayor.

«Que el Señor Jesús nos alcance la gracia de mirar siempre a los demás con benevolencia y a reconocerlos como invitados a la mesa del Señor, porque todos, sin excepción, tenemos necesidad de experimentar y de nutrirnos de su misericordia, que es fuente de la que brota nuestra salvación». Deseó el Santo Padre, en nuestro idioma en la audiencia general, del miércoles 13 de abril.

Y exhortó a los numerosos peregrinos de tantas partes del mundo, que acudieron a la Plaza de San Pedro,  «a vivir con fe el Jubileo de la Misericordia», para obtener la indulgencia jubilar para todos, para sus seres queridos y para los que han fallecido.

«Pidamos al Señor Jesús, que sostenidos por la intercesión de María, podamos proclamar – con toda la Iglesia, que es la Comunidad del Resucitado – la grandeza de su amor y la riqueza de su misericordia». Fueron las palabras del Papa Francisco introduciendo el rezo a la Reina del Cielo del III Domingo de Pascua.

Todos los cristianos estamos llamados a comunicar el mensaje de la Resurrección a cuantos encontramos, en especial a los que sufren, a los que están solos, a los que viven situaciones precarias, a los enfermos, a los refugiados, a los marginados. Hagamos llegar a todos un rayo de la luz de Cristo resucitado, un signo de su misericordioso poder.

Renovando su apremiante llamamiento por la liberación de todas las personas secuestradas en zonas de conflicto amado en el mundo, el Papa Francisco recordó en especial al sacerdote salesiano Tom Uzhunnalil secuestrado en Yemen.

(CdM – RV)

 








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