2016-03-13 13:17:00

Saludos del Papa: llevar la Misericordia del Padre a todos


¡Cuán dignos son los abuelos y las abuelas que transmiten la fe a los nietitos!

(RV).- Después de rezar a la Madre de Dios, el Pontífice saludó con afecto a los diversos grupos de fieles y peregrinos presentes en la Plaza de San Pedro, entre los cuales a los numerosos procedentes de su diócesis, Roma e Italia, Alemania y Canadá, entre otros, afirmando que no era posible nombrarlos a todos.

Y ahora – dijo – quisiera renovar el gesto de regalarles un Evangelio de bolsillo:

“Se trata del Evangelio de Lucas, que leemos los domingos de este año litúrgico. El librito ha sido titulado así: ‘El Evangelio de la Misericordia de San Lucas’. En efecto, el Evangelista relata las palabras de Jesús: ‘Sean misericordiosos, como su Padre es misericordioso’ (6,36), del que ha surgido el tema de este Año Jubilar. Los voluntarios del Dispensario pediátrico ‘Santa Marta’ del Vaticano lo distribuirán gratuitamente, junto a algunos ancianos y abuelos de Roma.

¡Cuán dignos son los abuelos y las abuelas que transmiten la fe a los nietitos! Los invito a recibir este Evangelio y a leerlo, un pasaje cada día; así la Misericordia del Padre habitará en su corazón y podrán llevarla a cuantos encuentren.

Y al final, en la página 123, están las siete obras de misericordia corporales y las siete obras de misericordia espirituales: pero, sería hermoso que las aprendan de memoria, ¡así es más fácil hacerlas!

Gracias. Los invito a tomar este Evangelio, para que la misericordia del Padre se haga obras en ustedes.

Y a ustedes, los voluntarios, los abuelos y las abuelas que distribuyen el Evangelio, piensen en la gente que está en la Plaza Pío XII – se ve que no ha podido entrar – para que también ellos reciban este Evangelio.

Los invito a recibir este Evangelio y a leerlo cada día. De este modo la misericordia del Padre habitará en su corazón y podrán llevarla a cuantos encuentren”.

“Deseo a todos un feliz domingo” – concluyó diciendo el Papa Bergoglio –. Y “por favor – añadió – no se olviden de rezar por mí. ¡Buen almuerzo y hasta la vista!”.

(María Fernanda Bernasconi - RV).








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