2016-03-02 11:06:00

Catequesis del Papa: relación existente entre Misericordia divina y corrección


(RV).- Durante la audiencia general del primer miércoles de marzo, el Papa Francisco reflexionó en su catequesis sobre la misteriosa relación existente entre la misericordia divina y la corrección. Y lo hizo introduciendo el tema con la lectura de un pasaje del Antiguo Testamento, tomado del libro del Profeta Isaías, mediante el cual Dios insta a su pueblo a dejar de hacer el mal y a aprender a hacer el bien.

Hablando en italiano el Santo Padre recordó que en diversas ocasiones aludió a la misericordia divina evocando la figura del padre de familia que ama a sus hijos, los ayuda, los cuida y los perdona. Y como padre, también los educa y los corrige cuando se equivocan, favoreciendo su crecimiento en el bien, tal como nos lo presenta Isaías en su primer capítulo.

El Obispo de Roma afirmó que Dios, precisamente a través de este Profeta, habla a su pueblo con la amargura del padre decepcionado que hizo crecer a sus hijos que luego se rebelan contra Él. Y añadió que incluso los animales son fieles a su patrón y reconocen la mano que les da de comer;  mientras el pueblo, en cambio, ya no reconoce a Dios y se niega a comprender. De ahí la observación del Pontífice: “Aun herido, Dios dejaba que hable el amor, apelándose a la conciencia de estos hijos para que recapaciten y se dejen amar nuevamente.

Después de destacar que la relación padre-hijo a la que con frecuencia se refieren los profetas para hablar de la alianza entre Dios y su pueblo se ha desnaturalizado, Francisco afirmó que la misión educativa de los padres tiene el objetivo de hacer crecer a sus hijos en la libertad, para que sean responsables, y capaces de realizar obras de bien para sí mismos y para los demás. Sin embargo – prosiguió  el Papa – a causa del pecado, la libertad se vuelve pretensión de autonomía y el orgullo conduce a la contraposición y a la ilusión de autosuficiencia.

El Santo Padre también recordó que la consecuencia inevitable del pecado es un estado de sufrimiento, que debe hacer reflexionar al pecador para que se abra a la conversión y al perdón, tal como nos lo enseña el camino de la Misericordia divina, en que Dios no nos trata según nuestras culpas. Porque la Misericordia de Dios – dijo el Papa Bergoglio al concluir su catequesis – se nos ofrece a todos nosotros también hoy, que estamos llamados a vivir como hijos de Dios.

(María Fernanda Bernasconi - RV).

Texto y audio de la catequesis que el Santo Padre Francisco pronunció en nuestro idioma:

Queridos hermanos y hermanas:

Hoy reflexionamos sobre la misteriosa relación que existe entre misericordia divina y corrección.

Dios se comporta con nosotros como un padre de familia, que ama a sus hijos, los socorre, los cuida, los perdona. Y que también los educa y corrige cuando se equivocan, para ayudarlos a ser responsables, a crecer en el bien y en la libertad. La relación “padre-hijo” es figura de la alianza entre Dios y su pueblo. Esta relación se fragmenta cuando el hombre rechaza la paternidad de Dios. A causa del pecado, pretende convertir la libertad en autonomía y, dejándose llevar por el orgullo, se contrapone a él y vive en una ilusión de autosuficiencia.

Cuando el pueblo se aleja de Dios, desconfía de él y no le obedece, experimenta entonces la aflicción de la prueba. Dios la permite con vistas a la salvación, para que el pueblo pecador, sintiendo el vacío y la amargura del estar lejos de él, pueda abrirse a la conversión y al perdón. Dios habla amorosamente a la conciencia de sus hijos, para que se arrepientan y se dejen amar de nuevo por él. La salvación es siempre un don gratuito de Dios. Pero supone la decisión de escucharlo y dejarse convertir por él.

La corrección forma parte del camino de la misericordia divina. Dios perdona a su pueblo, siempre deja una puerta abierta a la esperanza – Dios nunca cierra la puerta – y le indica que el camino de la salvación no es el de los sacrificios, sino la práctica del bien y la justicia.

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España y Latinoamérica. Que el Señor Jesús nos alcance la gracia de acoger el perdón y la misericordia que el Padre ofrece gratuitamente a todos, para que aprendamos a vivir como hijos suyos. Muchas gracias.








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