2015-10-26 20:00:00

Pusieron a las familias delante de Dios con corazón de pastores, en el Sínodo


REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita Guillermo Ortiz

La mayor parte de los participantes de la Asamblea de Obispos realizada en el Vaticano “con Pedro y bajo Pedro”, son sacerdotes. El Papa, los otros obispos y presbíteros presentes son sacerdotes. Por eso lo más importante que sucedió en el corazón del Sínodo, no fue la discusión y votación de “ideas”. Lo más importante que sucedió dentro del Aula Sinodal, es que todos estos sacerdotes tuvieron en su mente y especialmente en su corazón a las familias concretas del mundo entero.

Durante tres semanas, familias con nombre y apellido, latieron en el corazón sacerdotal de cada uno de los “padres” sinodales con esta intención: queremos acercarnos cada vez más a la gente, a las familias de hoy, con la mirada veráz y misericordiosa de Jesús en el Evangelio, en nombre de la Iglesia madre y maestra.

Y, aunque algunos pocos de estos sacerdotes (cardenales, obispos) se hayan quedado solamente en la discusión abstractas de ideas diversas y contrarias, en una nube lejos de la realidad, como “la realidad es superior a la idea” y como el corazón de estos sacerdotes pastores es grande -como lo atestigua el corazón de Francisco que, como Sucesor de Pedro se mantuvo firme y fuerte como un hombre entero, en la búsqueda de lo que el Espíritu dice hoy a la Iglesia sobre la vocación y misión de la familia-, lo más importante que ha sucedido en este Sínodo es que la Iglesia toda, convocada por el Papa, puso su mirada en la familia y con la ofrenda de tantos sacerdotes las familias fueron puestas en el corazón de Dios.








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