2015-10-13 17:28:00

Como en todo camino hay momentos de consolación y desolación, dice Francisco


REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita Guillermo Ortiz

Despues de agradecer a Dios y a los presentes, con el corazón lleno de gratitud por la acción del Espíritu y sus dones de gracia, en el discurso de cierre de los trabajos del Sínodo de octubre de 2014, el Papa reflexionó sobre esta gracia, este don de Dios en la larga reunión de obispos, distinguiendo momentos espirituales distintos, diversos y también contrarios. Afirmó el obispo de Roma: “Podría decir serenamente que —con un espíritu de colegialidad y sinodalidad— hemos vivido de verdad una experiencia de «Sínodo», un itinerario solidario, un «camino juntos». Y habiendo sido «un camino» —y como todo camino hubo momentos de marcha veloz, casi queriendo ganar al tiempo y llegar lo antes posible a la meta; otros momentos de cansancio, casi queriendo decir basta; otros momentos de entusiasmo e ímpetu”. Hubo momentos de profunda consolación escuchando los testimonios de auténticos pastores (cf. Jn10 y can. 375, 386, 387) que llevan sabiamente en el corazón las alegrías y las lágrimas de sus fieles. Momentos de consolación y de gracia y de consuelo escuchando los testimonios de las familias que participaron en el Sínodo y compartieron con nosotros la belleza y la alegría de su vida matrimonial. Un camino donde el más fuerte sintió el deber de ayudar al menos fuerte, donde el más experto se dispuso a servir a los demás, incluso a través de la confrontación”, explicó el Papa, reitero, en el discurso del final Sínodo 2014, pero que es uno de los 3 textos oficiales de este Sínodo de 1015.








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