2015-10-12 18:29:00

La Virgen del Pilar y el día de la Hispanidad de la mano de San Juan Pablo II


(RV).- El 12 de octubre la Iglesia celebra la festividad de la Madre de la Iglesia, la Virgen María, y sus advocaciones marianas de Nuestra Señora del Pilar y de Aparecida. Es el día de la Hispanidad, toda España y Latinoamérica lo festeja.

San Juan Pablo II en su visita a Zaragoza, España, en octubre de 1984 agradeció a las familias que entregaron sus hijos e hijas “para que llevaran la luz de Cristo a los pueblos del Nuevo Mundo”. “Vuestros hijos, hijas y hermanos, queridos padres y familiares de misioneros, son esos mensajeros de paz, de amor, de salvación, de los que habla el Profeta”.

¡Gracias, pues, en nombre de la Iglesia! ¡Gracias a aquellas familias españolas que en los cuarenta primeros años después de descubrirse el Nuevo Mundo enviaron allí cerca de 3.000 religiosos y unos 400 clérigos! ¡Gracias porque, en estos cinco siglos, más de 200.000 misioneros españoles han marchado a servir a la Iglesia en Hispanoamérica! Que la Virgen Santísima del Pilar, en cuyas manos de Madre ponemos todas estas intenciones, os proteja, padres, madres y hermanos de los misioneros y misioneras, y que el Espíritu Santo continúe suscitando numerosas vocaciones.

La pequeña grande

La Pilarica mide poco más de 36 cm. Si, nuestra patrona es pequeña de tamaño, pero su corazón es tan grande que llega a todos los españoles, estén donde estén. El 12 de octubre la basílica del Pilar de Zaragoza se llena de flores, de alegría, de mantones, de castañuelas, de jotas, de fe, de respeto y sobre todo de mucho orgullo. Este día –y uso una expresión del Papa Francisco-, el pueblo español recibe “una inyección” de patriotismo, es el día de nuestra patrona, de la que –como dice la canción-  “no quiere ser francesa, quiere ser capitana de la tropa aragonesa”.

Y es que, en diferentes ocasiones la historia de España ha pasado por encima de ella literalmente. La toma de los musulmanes en 1.118, la resistencia ante el ejército francés durante en la Guerra de la Independencia Española o las diferentes bombas que arrojaron sobre la basílica del Pilar en la Guerra Civil en 1.936, que nunca estallaron y que actualmente se pueden ver in situ cerquita de la Virgen.

Y como es habitual, la devoción se une con la fiesta popular. Este día las jotas -canciones típicas de Aragón- se escuchan desde el alba y mientras tanto van llegando los fieles en peregrinación a rezar y a dar su ofrenda de floral a la Virgen del Pilar. Un total más o menos 300.000 ramos de flores que forman el enorme manto de la Virgen.

La advocación, según la tradición y los documentos del siglo XIII que se conservan en la catedral de Zaragoza, se remonta a cuando los apóstoles predicaban el Evangelio. Los documentos dicen textualmente que Santiago, "pasando por Asturias, llegó con sus nuevos discípulos a través de Galicia y de Castilla, hasta Aragón, el territorio que se llamaba Celtiberia, donde está situada la ciudad de Zaragoza, en las riberas del Ebro". Allí, Santiago vivió una aparición de la Virgen María quien le pidió que construyese allí una iglesia, con el altar en torno al pilar donde estaba de pie y prometió que "permanecerá este sitio hasta el fin de los tiempos para que la virtud de Dios obre portentos y maravillas por mi intercesión con aquellos que en sus necesidades imploren mi patrocinio". 

(MZ-RV)








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