2015-09-30 18:33:00

Venció en sí mismo las pasiones y la muerte con la luz y la fuerza de la Palabra de Dios


REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita Guillermo Ortiz

En las pinturas aparece un hombre mayor meditando con el libro o rollo de la Palabra de Dios, muchas veces arrodillado en una cueva con una calavera y un león manso a sus pies. Es san Jerónimo un santo doctor de la Iglesia por la sabiduría de su doctrina.

El león manso a sus pies representa las pasiones dominadas con la luz y la fuerza de la Palabra de Dios en la Biblia. La calavera simboliza la finitud de la vida terrena con la muerte vencida por Jesús con la resurrección de entre los muertos. La victoria de Jesús es el centro de la Biblia prefigurado, profetizado y esperado en el Antiguo Testamento y testimoniado en el Nuevo. Las imágenes del león, la muerte y el libro de la Palabra de Dios, remiten directamente a la vida de oración y penitencia.

Jerónimo nació en Dalmacia alrededor del 340. Estudió y fue bautizado en Roma. Vivió su intenso tiempo de oración y penitencia en el Oriente donde fue ordenado presbítero. Nuevamente en Roma fue secretario del papa Dámaso y es en esta época cuando empezó su traducción latina de la Biblia. Escribió también muchos comentarios de la Palabra de Dios. Finalmente se estableció en Belén donde murió el año 420.

San Jerónimo es el patrono de Córdoba, en Argentina, donde Jorge Mario Bergoglio pasó dos momentos importantes de su vida: el noviciado jesuita y un tiempo que el llama “de purificación” -en el libro “Aquel Francisco”-, antes de ser elegido y consagrado obispo auxiliar de Buenos Aires. En estos dos momentos de su vida fue intensa la oración con la Palabra de Dios y la penitencia, propios de los “ejercicios espirituales”.








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