REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita Guillermo Ortiz
El cuadro del Sagrado Corazón de Jesús que está en el altar de la casa de la familia Lopez, en Nitramnas, y al que hoy han encendido una velita, representa a Jesús resucitado, vivo, que muestra a santa Margarita María su corazón encendido en llamas, rematado en una cruz y atravesado por la lanza, del que brotan sangre y agua, símbolo de la bendición de Dios en tantos dones, beneficios y gracia de la oración.
Los esposos de la familia Lopez son miembros del Apostolado de la Oración y el primer viernes de mes rezan por las intenciones que el Papa entregó a los jesuitas. En esta familia, Olga ya terminó sus estudios pero no consigue trabajo. Insiste buscando y ruega también a Dios que le ayude. Sergio, el hijo mayor, empezó como catequista en la parroquia. Y como en el grupo está Carlos su hermano menor, comprendió en seguida que los chicos de primera comunión prestan más atención a sus actitudes que a sus palabras y le pide a Dios ser coherente con su fe.
Este mes de setiembre de 2015, las intenciones que el Papa confió al Apostolado de la Oración de la Compañia de Jesús son: ''Para que crezcan las oportunidades de formación y de trabajo para todos los Jóvenes'', como intención universal. Y como intención misionera: ''Para que la vida toda de los Catequistas sea un testimonio coherente de la fe que anuncian.''
No es extraño que estas situaciones y dificultades coincidan hoy en una familia, pero a los Lopez los une profundamente la oración. Más que los lazos de sangre, la oración a Jesús en familia les da esperanza en la lucha de cada día. @jesuitaguillo
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