2015-07-27 12:24:00

A un año de la JMJ de Cracovia, resuenan las palabras del Papa a los jóvenes en Río de Janeiro


(RV).- Falta un año exacto al inicio de la Jornada Mundial de la Juventud de Cracovia, en Polonia, y este domingo 26 de julio, luego de rezar la oración mariana, el Santo Padre Francisco con un gesto simbólico, clicando sobre un dispositivo electrónico, fue el primero en inscribirse “oficialmente” dando así apertura a las inscripciones de los jóvenes. “Quise abrir yo mismo las inscripciones", afirmó el Obispo de Roma e invitó a los jóvenes de todo el mundo “a vivir esta peregrinación ya sea dirigiéndose a Cracovia o participando en este momento de gracia en las propias comunidades”.

Dos años atrás, el Papa Francisco participaba en la Jornada Mundial de la Juventud de Río de Janeiro 2013. Tocantes fueron las palabras que Francisco dirigió a los jóvenes argentinos reunidos en la Catedral de San Sebastián, el 25 de julio. A ellos, el Santo Padre quiso explicarles qué esperaba de la Jornada Mundial de la Juventud. “Quiero lío”, les dijo, “quiero que la Iglesia salga a la calle”.

“¿Qué es lo que espero como consecuencia de la Jornada de la Juventud? Espero lío. Que acá adentro va a haber lío, va a haber. Que acá en Río va a haber lío, va a haber. Pero quiero lío en las diócesis, quiero que se salga afuera… Quiero que la Iglesia salga a la calle, quiero que nos defendamos de todo lo que sea mundanidad, de lo que sea instalación, de lo que sea comodidad, de lo que sea clericalismo, de lo que sea estar encerrados en nosotros mismos. Las parroquias, los colegios, las instituciones son para salir; si no salen se convierten en una ONG, y la Iglesia no puede ser una ONG. Que me perdonen los Obispos y los curas, si algunos después le arman lío a ustedes, pero.. Es el consejo. Y gracias por lo que puedan hacer”.

En un mundo que rinde culto al dinero y excluye a los dos polos de la vida, el Papa les pidió a los jóvenes que luchen por los valores y a los ancianos que no claudiquen y transmitan la sabiduría de los pueblos:

“Miren, yo pienso que, en este momento, esta civilización mundial se pasó de rosca, se pasó de rosca, porque es tal el culto que ha hecho al dios dinero, que estamos presenciando una filosofía y una praxis de exclusión de los dos polos de la vida que son las promesas de los pueblos. Exclusión de los ancianos, por supuesto, porque uno podría pensar que podría haber una especie de eutanasia escondida; es decir, no se cuida a los ancianos; pero también está la eutanasia cultural: no se les deja hablar, no se les deja actuar. Y exclusión de los jóvenes. El porcentaje que hay de jóvenes sin trabajo, sin empleo, es muy alto, y es una generación que no tiene la experiencia de la dignidad ganada por el trabajo. O sea, esta civilización nos ha llevado a excluir las dos puntas, que son el futuro nuestro.

Entonces, los jóvenes: tienen que salir, tienen que hacerse valer; los jóvenes tienen que salir a luchar por los valores, a luchar por esos valores; y los viejos abran la boca, los ancianos abran la boca y enséñennos; transmítannos la sabiduría de los pueblos. En el pueblo argentino, yo se los pido de corazón a los ancianos: no claudiquen de ser la reserva cultural de nuestro pueblo que trasmite la justicia, que trasmite la historia, que trasmite los valores, que trasmite la memoria del pueblo. Y ustedes, por favor, no se metan contra los viejos; déjenlos hablar, escúchenlos, y lleven adelante. Pero sepan, sepan que, en este momento, ustedes, los jóvenes, y los ancianos, están condenados al mismo destino: exclusión; no se dejen excluir. ¿Está claro?”

Finalmente, el aliento del Papa a seguir el único camino seguro, el de la Cruz de Jesús:

“La Cruz sigue siendo escándalo, pero es el único camino seguro: el de la Cruz, el de Jesús, la encarnación de Jesús. Por favor, no licúen la fe en Jesucristo. Hay licuado de naranja, hay licuado de manzana, hay licuado de banana, pero, por favor, no tomen licuado de fe. La fe es entera, no se licua. Es la fe en Jesús. Es la fe en el Hijo de Dios hecho hombre, que me amó y murió por mí. Entonces: Hagan lío; cuiden los extremos del pueblo, que son los ancianos y los jóvenes; no se dejen excluir, y que no excluyan a los ancianos. Segundo: no licuen la fe en Jesucristo”.

(MCM-RV)

 

 








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