2015-04-11 14:59:00

Programa en español para Guinea Ecuatorial y África


(RV).- Después de presidir esta tarde, las primeras vísperas del Domingo de la Divina Misericordia, con la convocación del Año Santo de la Divina Misericordia, el Papa Francisco celebrará mañana en esta Solemnidad la Santa Misa por el centenario del martirio armenio con el rito de la proclamación como Doctor de la Iglesia de San Gregorio de Narek.

«Invocaremos a la Divina Misericordia para que nos ayude a todos, en el amor a la verdad y a la justicia, a sanar  toda herida y a impulsar gestos concretos de reconciliación y de paz, entre las naciones». Con la voz del Papa Francisco, resuena su saludo fraterno al Sínodo Patriarcal de la Iglesia Armenia Católica.

En su audiencia general de la Octava de Pascua, renovando sus mejores deseos en este tiempo de alegría pascual, el Papa Francisco, agradeciendo los mensajes que le llegaron de todo el mundo, reiteró a los miles de peregrinos su exhortación a ser verdaderos testigos de Cristo Resucitado.

¡Oremos por todos los niños que sufren! Invitó el Papa Bergoglio alentando a rezar en especial por las víctimas más pequeñas e indefensas en los problemas familiares, en las guerras y en las persecuciones.

¡Feliz Pascua! ¡Jesucristo ha resucitado!

A todos llegue la voz consoladora y sanadora del Señor Jesús: «Paz a ustedes» (Lc24,36).

«No teman, he resucitado y siempre estaré con ustedes».

En su Mensaje pascual Urbi et Orbi 2015, reiterando que «el amor ha derrotado el odio, la vida ha vencido  la muerte, la luz ha disipado la oscuridad», el Papa Francisco abrazó en especial las diversas realidades y sufrimientos en tantas partes del mundo:

Imploremos hoy al Señor resucitado la gracia de no ceder al orgullo que fomenta la violencia y las guerras, sino de tener el valor humilde del perdón y de la paz, invitó el Obispo de Roma, alentando a que «pidamos a Jesús victorioso que alivie el sufrimiento de tantos hermanos nuestros perseguidos a causa de su nombre, así como de todos los que padecen injustamente las consecuencias de los conflictos y las violencias que se están produciendo, y que son tantas».

Siria e Irak, Tierra Santa, israelíes y palestinos, Libia, Yemen, Nigeria, Sudán del Sur y las diversas regiones de Sudán y de la República Democrática del Congo. Un recuerdo especial para los jóvenes asesinados en la Universidad de Garissa, en Kenia y para Ucrania.

Pidamos paz y libertad:

para tantos hombres y mujeres sometidos a nuevas y antiguas formas de esclavitud por parte de personas y organizaciones criminales.

para las víctimas de los traficantes de droga, muchas veces aliados con los poderes que deberían defender la paz y la armonía en la familia humana.

para este mundo sometido a los traficantes de armas, que se enriquecen con la sangre de hombres y mujeres.

Sin olvidar a los marginados, los presos, los pobres y los emigrantes, tan a menudo rechazados, maltratados y desechados; a los enfermos y los que sufren; a los niños, especialmente aquellos sometidos a la violencia; a cuantos hoy están de luto; y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad.

 

(CdM – RV)








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