2015-04-03 17:18:00

La gente pide la bendición de la Cruz


REFLEXIONES EN FRONTERA, Jesuita Guillermo Ortiz para Tu Radio

Como relata el libro sagrado de los Números, el mismo Dios enseñó a Moisés aquella fórmula antigua de bendición sacerdotal: “El Señor te bendiga y te proteja, ilumine su rostro sobre ti y te conceda su favor. El Señor te muestre su rostro y te conceda la paz” (Nm 6,24-26).

Hoy también lo que más pide la gente al sacerdote es “la Bendición”. Pero ahora, lo más importante de la bendición no es la fórmula sino el signo de la cruz. Pronunciamos el nombre de la trinidad, pero también puede bastar con la cruz sola. Trazar sobre la frente o delante de una o varias personas el signo de la cruz.

Y aunque la bendición no es un sacramento, sino un sacramental, Jesús crucificado es la fuente misma de los sacramentos, su abrazo de la cruz nos cura del mal y nos llena con la fuerza de la vida de Dios, tanto como la sangre y el agua que brotan de su corazón que nos lava, nos purifica y nutre en los sacramentos o misterios.

La cruz que Jesús aceptó por amor al Padre y a nosotros y en la cuál fue levantado en alto el viernes santo fuera de Jerusalén, con tanto sacrificio y dolor, es la cruz que vence el odio con el amor, la que nos protege del mal mortal de la separación de Dios y la división entre los hermanos. Es la cruz que nos une con Dios y con los otros en la comunidad en la familia; es la cruz que nos vivifica y fortalece en el combate espiritual diario, para salir al encuentro con el otro y compartir al amor de Dios como comunidad, como familia, como Pueblo de Dios.

Hoy la cruz pervive en el cuerpo de Jesús resucitado, porque Jesús se quizo quedar para siempre con las llagas de su cruz.

En este viernes santo, bajo el signo de la cruz, reciban la bendición de Dios que es Padre, Hijo, Espíritu Santo, todos los que forman parte de la Audiencia.








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