2015-01-28 10:34:00

En una “sociedad sin padres”, Jesús enseña a llamar a Dios “Padre” y promete no dejarnos huérfanos, dijo Francisco en la Catequesis


Entre la autoridad cruel y la desatención por el egoísmo y ausencia de los padres, hay tantos niños y jóvenes huérfanos, con lagunas y heridas, en una “sociedad sin padres”. Pero la palabra universal “Padre” indica una relación fundamental tan antigua como la historia del hombre, explicó el Obispo de Roma.

En otra catequesis más sobre la familia, el miércoles 28 de enero de 2015, el Papa reflexionó sobre la palabra “padre”. Afirmó que Jesús nos enseña a llamar a Dios “Padre”, revelándonos así el misterio de la intimidad de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, que es el centro de nuestra fe cristiana.

En este marco el Sucesor de Pedro recordó que “Jesús nos prometió no dejarnos huérfanos”, para invitar a la esperanza: “vivamos con la esperanza puesta en Él, sabedores de que el amor puede vencer al odio y de que es posible un futuro de fraternidad y de paz para todos”, exhortó.

Para tu Radio, REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita Guillermo Ortiz

Síntesis de la catequesis pronunciada por el Papa en español

Queridos hermanos y hermanas: En nuestra reflexión sobre la familia, hoy nos centramos sobre la palabra padre. Padre es una palabra universal, conocida por todos, que indica una relación fundamental cuya realidad es tan antigua como la historia del hombre. Es la palabra con la que Jesús nos ha enseñado a llamar a Dios, dándole un nuevo y profundo sentido, revelándonos, así, el misterio de la intimidad de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, que es el centro de nuestra fe cristiana.

En nuestros días, se ha llegado a hablar de una “sociedad sin padres”. La ausencia de esta figura es entendida como una liberación, sobre todo cuando el padre es percibido como la autoridad cruel que coarta la libertad de los hijos, o cuando éstos se sienten desatendidos por unos padres centrados únicamente en la propia realización personal, o caracterizados por su marcada ausencia del hogar. Todo esto crea una situación de orfandad en los niños y jóvenes de hoy, que viven desorientados sin el buen ejemplo o la guía prudente de un padre. Todas las comunidades cristianas y la comunidad civil deben estar atentas a la ausencia de la figura paterna, pues ésta deja lagunas y heridas en la educación de los jóvenes. Sin guías de los que fiarse, los jóvenes pueden llenarse de ídolos que les roben el corazón, la ilusión y las auténticas riquezas.

Saludo a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España, Argentina, Perú y Chile, así como a los venidos de otros países latinoamericanos. Recordando que Jesús nos prometió no dejarnos huérfanos, vivamos con la esperanza puesta en Él, sabedores de que el amor puede vencer al odio y de que es posible un futuro de fraternidad y de paz para todos. Que Dios los bendiga Muchas gracias.

 








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