2014-12-20 13:26:00

Recibir a Jesús que viene, pide el Papa a tu familia y la mía


REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita Guillermo Ortiz - Radio Vatfcana

“Que la proximidad del nacimiento de Jesús avive en todas nuestras familias el deseo de recibirlo…”, expresó Francisco en su catequesis del 17 de diciembre de 2014. “Recibir” es una de las palabras que usa Ignacio de Loyola cuando habla del discernimiento espiritual. El ejercicio es aceptar y recibir las inspiraciones espirituales interiores que vienen de Dios y rechazar las inspiraciones que no son de Dios.

¿Qué te mueve a vos y a mí en este Adviento; en esa preparación de la celebración litúrgica del Nacimiento del Hijo de Dios en Belén de Judea, con su madre María de Nazaret abrigándolo y José carpintero cuidando a los dos, limpiando la gruta de animales y haciendo un poco de fuego para aliviar el frío de la intemperie invernal?

Para recibir a Jesús en la familia hay que vencerse a sí mismo; vencer quizá el deslumbramiento de las luces de colores y rumores comerciales de la Navidad para entrar en el silencio de la oración profunda. En el silencio de la oración en familia, contemplando juntos la cuna todavía vacía del pesebre familiar, leyendo el evangelio o el devocionario, es como volverá a repetirse el milagro del nacimiento de Jesús en tu familia y la mía. Porque esta oración ante el pesebre, no es la simple memoria de un hecho histórico. Es un sacramental de la piedad popular; es “anamnesis”, es decir, una memoria que actualiza, que hace presente el hecho histórico. Por eso dice también san Ignacio de Loyola en la contemplación del nacimiento en los ejercicios espirituales: Jesús “nuevamente encarnado”.

Francisco dijo en la catequesis sobre la familia: “Cada vez que una familia, en cualquier parte del mundo, recibe el misterio de Navidad, actúa en ella el misterio del Hijo de Dios que viene a salvar el mundo”.

 








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