2014-12-20 11:54:00

Para estar de pie hay que estar de rodillas, el Papa a la Comunidad Juan XXIII


(RV).- A mediodía el Papa Francisco celebró un caluroso encuentro en el Aula Pablo VI de la Ciudad del Vaticano con los miembros de la Asociación Comunidad Papa Juan XXIII, fundada por el sacerdote Oreste Benzi. Los casi 7.500 participantes – entre los cuales 200 niños y adultos en sillas de rueda, además de numerosos ancianos, 1.800 menores y 18 entre obispos y cardenales –  se habían dado cita desde las 9.00 para intercambiar diversos testimonios de vida con contribuciones audiovisuales y una breve representación teatral, además de algunos intervalos con cantos del coro de esta Comunidad.

Una vida de pobres

El Obispo de Roma recibió el saludo del Responsable General, Giovanni Paolo Ramonda, quien comenzó afirmando: “Santo Padre Francisco, queridísimo amigo de los pobres, hoy estamos de fiesta, reunidos con nuestros pastores, desde los 34 países adonde el Señor, con su Espíritu, nos ha conducido para compartir directamente la vida con los más pobres; una vida de pobres, en la oración, en la fraternidad y en la obediencia creativa, siguiendo a Jesús pobre, siervo y  sufriente, que expía el pecado del mundo”.

Testimonios de las heridas que causa el egoísmo del hombre

A continuación, y ante la presencia del Papa Bergoglio, siguieron dos testimonios, el de una ex prostituta y el de una familia Rom acogida en una casa-familia de la Comunidad Papa Juan XXIII, mientras antes de la llegada del Santo Padre los presentes habían escuchado el relato de la experiencia de un ex tóxico dependiente.

Tras agradecer la calurosa acogida que le reservaron así como las palabras que el señor Ramonda le había dirigido en nombre de los presentes, el Papa Francisco destacó, de modo especial, su testimonio de vida.

“Sus relatos hablan de esclavitud y de liberación, hablan del egoísmo de cuantos piensan construirse la existencia explotando a los demás y de la generosidad de quienes ayudan al prójimo a liberarse del degrado material y moral”.

Son experiencias – afirmó el Pontífice – que muestran las tantas formas de pobreza con las que lamentablemente está herido nuestro mundo y revelan la miseria más peligrosa, causa de todas las demás: la lejanía de Dios, la presunción de poder prescindir de Él. Esta es la miseria ciega de considerar como finalidad de la propia existencia la riqueza material, la búsqueda del poder y del placer y subordinar la vida del prójimo a la obtención de estos objetivos.

“La fe mueve verdaderamente las montañas de la indiferencia y de la apatía, del desinterés y del estéril repliegue sobre sí mismos. La fe abre la puerta de la caridad haciéndonos que deseemos imitar a Jesús, nos insta al bien, dándonos el valor para actuar siguiendo el ejemplo del Buen Samaritano”.

Lo sabía muy bien el Padre Oreste Benzi – dijo el Papa –, el fundador de su Asociación, de cuya figura destacó que su amor por los pequeños y por los pobres, por los excluidos y los abandonados, estaba enraizado en el amor a Jesús crucificado, que se hizo pobre y último por nosotros. Y recordó que de la misión de implicar a los adolescentes para que se interesaran por la persona de Jesús nació en este siervo de Dios la idea de organizar para ellos un “encuentro simpático con Cristo”, es decir, un encuentro vital y radical con Él como héroe y amigo, mediante testimonios de vida vivida, que muestran en plenitud el mensaje cristiano, pero de modo gozoso y alegre.

Antes de encomendarlos a la Virgen María, para que les conceda una Navidad plena de amor y de alegría, no sin antes bendecirlos y pedirles que, por favor, recen por él,  Francisco les dijo al despedirse:

“Queridos hermanos y hermanas, hago mía la invitación que les dirigió San Juan Pablo II de estar atentos a su formación espiritual; a la frecuencia asidua a los Sacramentos y, de modo particular, a hacer de la Eucaristía el corazón de las Casas-familia y de cualquier otra actividad social y educativa. De un corazón colmado por el amor de Dios brota la caridad para los hermanos y hermanas”.

(María Fernanda Bernasconi – RV).








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