2014-12-12 12:31:00

Un ruego a Dios, sube hecho canto y música latinoamericana, por manos de la Virgen de Guadalupe, con la celebración del Papa en san Pedro


REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita Guillermo Ortiz

La oración alcanza alturas elevadas en alas del arte.

Es humilde pero, por eso mismo, no es un ruego cualquiera el compuesto por el artista. Es bellísimo y potente para llegar a Dios. Es un ruego místico, es decir de profunda comunión de Dios con su pueblo. Brota de lo profundo del corazón conciente de la pequeñez humana ante el Dios altísimo. Pero Dios es altísimo de amor, misericordia, ternura y se abaja hasta el hombre para colmarlo de sus dones, de su propio arte de Creador, de amor y comunión. Y entonces, con los dones de Dios adentro el hombre se levanta, es elevado por Dios y hasta Dios, en la música y con los cantos de su ruego sublime.

Interpretado por Facundo Ramírez, Patricia Sosa y otros músicos y cantores de fama internacional, el ruego a Dios convertido en arte sublime latinoamericano, en el canto y la música de la Misa Criolla del compositor argentino Ariel Ramírez, conmueve hoy desde las columnas del santuario de san Pedro hacia dentro de los corazones orantes, incluido el corazón del Papa Bergoglio, en la fiesta de nuestra Señora de Guadalupe, patrona de América Latina y en el 50 aniversario de la extraordinaria obra de la Misa Criolla.

El Papa argentino dijo a Facundo, el hijo de Ariel Ramírez: “Tu padre es un grande y es un místico. Cualquiera que haya escuchado el Cordero de Dios se da cuenta que es un místico”.

 

Celebración en San Pedro

En la Solemnidad la Virgen María, Nuestra Señora de Guadalupe, Papa Francisco preside este 12 de diciembre en la Basílica de San Pedro la concelebración eucarística en honor a la Patrona de América Latina.

La celebración estará acompañada por los cantos de la “Misa Criolla” del compositor argentino Ariel Ramírez, y dirigirá la ejecución su hijo, Facundo Ramírez con su grupo musical. El evento contará además con la participación de la cantante argentina Patricia Sosa y la colaboración del Coro romano “Música Nueva”. El Santo Padre preside esta concelebración eucarística encomendando la intercesión de la Patrona de las Américas para la evangelización de sus pueblos, para su crecimiento en humanidad y para la construcción de condiciones de paz, justicia y unidad entre sus naciones hermanas. La Santa Misa iniciará a las 18 horas de Roma, y a partir de las 16.45 desde el ingreso de la basílica, tendrá lugar la procesión con las banderas de todos los países del continente, un homenaje a la imagen de la Patrona, el rezo del rosario guadalupano, y una oración de adviento acompañada por cantos de la tradición popular latinoamericana. Radio Vaticana en colaboración con el Centro Televisivo Vaticano realizarán la transmisión en directo del evento para todo el mundo.

Santísima María de Guadalupe

En 1531 en el cerro Tepeyac, en la ciudad de México, nuestra Señora se apareció varias veces a un humilde indio llamado Juan Diego; quien al pasar al pie del cerro oyó una música tan melodiosa y suave, que se detuvo maravillado. Al levantar los ojos advirtió en aquella altura una especie de brillante nube. Él subió a la cumbre y vio a una Señora de sobrehumana belleza, cuyo vestido era brillante como el sol, la cual con palabras muy amables y atentas le dijo: "Juanito: el más pequeño de mis hijos, yo soy la siempre Virgen María, Madre del verdadero Dios, por quien se vive. Deseo vivamente que se me construya aquí un templo, para en él mostrar y prodigar todo mi amor, compasión, auxilio y defensa a todos los moradores de esta tierra y a todos los que me invoquen y en Mí confíen…".

El indio fue a hablar con el obispo, Fray Juan de Zumárraga, quien escuchó su relato y le dijo que volviese más adelante. Por un nuevo mandato de la Virgen, volvió Juan Diego a repetir el pedido. El obispo le indico entonces que le trajese algún indicio mediante el cual pudiese creer lo que decía. Entonces la Virgen María le dijo que subiera a la cumbre del cerro donde halló rosas de Castilla frescas y poniéndose la tilma, cortó cuantas pudo y se las llevó al obispo.

Una vez ante Monseñor Zumárraga Juan Diego desplegó su manta, cayeron al suelo las rosas y en la tilma estaba pintada lo que hoy se conoce como la imagen de la Virgen de Guadalupe. Viendo esto, el obispo llevó la imagen santa a la Iglesia Mayor y edificó una ermita en el lugar que había señalado el indio. Nuestra Señora de Guadalupe fue proclamada patrona de México en 1746 y coronada el 12 de octubre de 1895 por mandato del Papa León XIII. En 1910 San Pio X la proclamó como "Patrona de toda la América Latina".








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