2014-10-22 13:57:00

La Iglesia es obra maestra del Espíritu Santo, catequesis del Papa


(RV).- En su catequesis en la audiencia general de este miércoles 22 de octubre, Papa Francisco nos habló de la Iglesia cuerpo de Cristo: 

 

Cuando se quiere evidenciar cómo los elementos que componen una realidad están estrechamente unidos los unos a los otros y forman juntos una sola cosa, - dijo el Santo Padre -  se usa a menudo la imagen del cuerpo. A partir de Apóstol Pablo, esta expresión ha sido aplicada a la Iglesia y ha sido reconocida como su característica distintiva más profunda y más bella. Entonces hoy queremos preguntarnos: ¿en qué sentido la Iglesia forma un cuerpo? ¿Y por qué es definida “cuerpo de Cristo”?

Queridos hermanos y hermanas: 
En la catequesis de hoy, nos preguntamos en qué sentido y por qué decimos que la Iglesia es el Cuerpo de Cristo.
No se trata simplemente de un modo de hablar, sino de una expresión llena de contenido. La Iglesia es una obra maestra del Espíritu Santo que, infundiendo en cada uno de nosotros la vida nueva del Señor Resucitado, nos congrega en la unidad, hasta el punto de convertirnos en un solo Cuerpo, edificado sobre la comunión del amor. Es en el Bautismo donde nos unimos realmente a Cristo Cabeza y a los hermanos como miembros del mismo cuerpo. 

La que surge, entonces, es una profunda comunión de amor. En este sentido,  - prosiguió Francisco - es iluminante como Pablo, exhortando a los esposos a “amar a su mujer como a su propio cuerpo”, afirma: “así hace Cristo por la iglesia, por nosotros que somos los miembros de su cuerpo” (Ef 5,28-30). Qué bueno si recordáramos más a menudo lo que somos, lo que ha hecho de nosotros el Señor Jesús: somos su cuerpo, ese cuerpo que nada ni nadie puede arrancar de Él y que Él recubre con toda su pasión y todo su amor, así como un esposo con su esposa.

El Apóstol San Pablo descubre un reflejo de la profundidad de este vínculo en el matrimonio cristiano, al que compara con la unión de Cristo con su Iglesia. El auténtico amor, que crea comunión, no presume ni se engríe, no lleva cuentas del mal recibido y goza haciendo el bien, no tiene envidia, sino que considera a los demás mejor que a sí mismo, sufre con los últimos y necesitados, y valora y reconoce a quienes hacen los servicios más humildes y escondidos.

Saludo a los peregrinos venidos de España, México, Panamá, Costa Rica, Argentina, Perú, Chile y otros países latinoamericanos. 

Queridos hermanos, invoquemos también nosotros al Espíritu Santo para que su gracia y la abundancia de sus dones nos ayuden a vivir de verdad como Cuerpo de Cristo y como signo visible y hermoso de su amor. Muchas gracias.


(GM - RV)








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