2014-09-22 11:34:20

El Papa en Albania


El albanés no es tolerante, el albanés es hermano: el Papa Francisco en el vuelo de regreso de Albania

(RV).- (Actualizado con audio) Al regresar de su visita a Albania, el Santo Padre Francisco mantuvo un encuentro de aproximadamente diez minutos con los periodistas que lo acompañaron en este intensísimo cuarto viaje internacional. En el vuelo de retorno al Vaticano, el Papa respondió a las preguntas de tres periodistas albaneses, delucidándoles algunos puntos esenciales sobre su visita apostólica al "país de las águilas". Como de costumbre, el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede y de nuestra emisora, padre Federico Lombardi, introdujo a los periodistas y agradeció al Obispo de Roma por su disponibilidad, no obstante la intensa jornada que acababa de afrontar.


Conferencia de prensa del Papa Francisco en el vuelo de regreso de Albania


P. Lombardi.- Bien, entonces: nosotros estamos muy agradecidos al Santo Padre por estar con nosotros, incluso al final de una jornada tan ardua. Él ha querido estar a disposición para algunas preguntas, pero pocas, sobre su viaje. Y entonces hemos adoptado como criterio el de que hagan las preguntas nuestros tres colegas albanos, que han hecho todo el viaje con nosotros: han venido a Roma precisamente para viajar con Usted y ahora están regresando de nuevo a Roma para concluir la experiencia con Usted. Ellos son de tres televisiones albanesa. Comenzamos con la señora Mira Tuci, que es de la Televisión Nacional albanesa.


Periodista.- Su Santidad partió con una idea en la mente de los albanos, de Albania. Cómo un albanés ha sufrido, pero es también tolerante. ¿Ha encontrado alguna otra cualidad que ha podido tocar en los albanos? ¿Estas cualidades son justas para hacer volver el águila al nido?


RealAudioMP3


Diría que he afinado un poco aquellas cosas que usted dice, pero el sufrimiento que ustedes albanos han tenido lo he visto más de cerca. Aquello de tolerante…cambio la palabra. No es tolerante el albanés, es hermano. Tiene la capacidad de la hermandad y más. Y esto se ve en el convivir, en el colaborar entre los islámicos, los ortodoxos y los católicos. Y colaboran, como hermanos ¿no? Y luego, otra cosa que me ha impresionado desde el comienzo es la juventud del país: me han dicho que es el país más joven de Europa. Pero Albania tiene, se ve verdaderamente, un desarrollo superior en la cultura y también en la governance, gracias a esta fraternidad.


Periodista.- Su Santidad, recorriendo el boulevard central de Tirana, bajo los retratos de los clérigos martirizados durante el régimen comunista, en un país al cual ha sido impuesto el ateísmo de Estado hasta hace 25 años, ¿qué emoción personal ha tenido?


RealAudioMP3


Yo desde hace dos meses estoy estudiando un poco aquel periodo difícil de Albania, para entenderlo. He estudiado también un poco el inicio. Pero ustedes tienen raíces culturales bellísimas y fuertes, de gran cultura, desde el comienzo. He estudiado este periodo y ha sido un periodo cruel: el nivel de crueldad ha sido terrible. Cuando vi estas fotografías, pero no sólo de los católicos, también de los ortodoxos, también de los islámicos y cuando pensé en las palabras que les dirigieron: “pero tú no debes creer en Dios”…”¡Yo creo!” Y los mataban… Por esto digo que también las tres componentes religiosas han dado testimonio de Dios y ahora dan testimonio de fraternidad.


Periodista.- Su Santidad, usted ha visitado Albania que es un país de mayoría musulmana. Pero la visita tiene lugar en un momento precario de la situación global. Usted mismo ha declarado que la tercera guerra mundial ya ha comenzado. ¿El mensaje de su visita es sólo para los albanos o va más allá?


RealAudioMP3


No: va más allá. Albania ha recorrido un camino de paz, de convivencia y de colaboración que va más allá, va a otros países que tienen igualmente raíces étnicas diversas. Usted ha dicho: “es un país de mayoría musulmana”: sí, pero no es un país musulmán. Es un país europeo. Para mí esto ha sido una sorpresa. Albania es un país europeo, precisamente por la cultura, la cultura de convivencia, también por la cultura histórica que ha tenido.


Periodista.- Usted ahora ha realizado este viaje a Albania, que es un país europeo ¿cuáles son los próximos?


RealAudioMP3


Sí, la geografía no puedo cambiarla. Los próximos viajes serán el 25 de noviembre a Estrasburgo, Consejo de Europa y Parlamento Europeo, los dos. Y luego el 28 – quizás – Turquía, para estar allí en la fiesta del 30, de San Andrea, con el Patriarca Bartolomé.


Periodista.- Santidad, hemos entendido que usted tiene una visión de Albania un poco distinta de aquella de los europeos, es decir, nosotros miramos a Europa casi como a la Unión Europea. Usted ha elegido como primer país para visitar, un país de la periferia que no pertenece a la Unión Europea. ¿Qué puede decir a aquellos que miran solamente a la Europa de los “potentes”?


RealAudioMP3


Que este viaje mío es un mensaje, es un signo: es una señal que quiero dar.


Periodista.- Lo hemos visto todos, creo, llorar por primera vez, se conmovió mucho en aquel encuentro. Ha sido el momento más conmovedor del viaje.



RealAudioMP3


Escuchar hablar a un mártir del propio martirio ¡es fuerte! Creo que todos los que estábamos allí estábamos conmovidos: todos. Y aquellos testigos hablaban como si hablaran de otro, con una naturalidad, una humildad. ¡Me ha hecho muy bien esto! Muchas gracias y buena cena.

(Traducción del italiano: María Cecilia Mutual - RV)


Hoy hemos tocado a los mártires, dijo el Papa en Albania, conmovido por el testimonio de ancianos sobrevivientes a la persecución

(RV) .- (Actualizado con audio) RealAudioMP3 Después del estremecedor testimonio de dos religiosos de 83 y 85 años, en la oración de Vísperas que el Obispo de Roma rezó con sacerdotes, seminaristas, religiosos, religiosas y movimientos laicales, en la Catedral de Tirana, Francisco no leyó la homilía que llevaba preparada -que entregó al Arzobispo de Tirana- sino que improvisó una alocución inspirada en el texto de la oración.

Hemos escuchado, dijo: “Sea bendito Dios padre misericordioso que nos consuela en todos nuestras luchas para que nosotros podamos consolar a los que se encuentran en la tribulación”. “En estos dos meses –manifestó- me he preparado para esta visita leyendo la historia de la Iglesia en Albania y para mi fue una sorpresa, yo no sabía que este pueblo había sufrido tanto. Después hoy en el camino del aeropuerto con todas las fotografías de los mártires, pensé: Se ve que este pueblo todavía tiene memoria de sus mártires. Es un pueblo de mártires y hoy al inicio de esta celebración hablé con dos. Lo que yo les puedo decir es lo que ellos mismos dijeron con sus palabras sencillas, pero de cosas tan dolorosas. Y podemos preguntarles a ellos cómo hicieron para sobrevivir a tanta tribulación. Sin duda ellos nos dirán esto que hemos oído en la segunda lectura: ‘Dios es Padre misericordioso y Dios de todo consuelo’. Con esta sencillez han sufrido mucho físicamente, síquicamente, con la angustia de no saber si los fusilarían o no”.

“Pienso en Pedro encadenado. Toda la Iglesia rezaba por él –explicó el Papa-. Y el Señor consoló a Pedro y a los mártires y a estos dos que hoy escuchamos. El pueblo de Dios, las viejitas santas y las monjas de clausura que rezaban por ellos. Este es el misterio de la Iglesia: Dios consuela a su pueblo de manera escondida, en la intimidad del corazón da fortaleza”. “Ellos no se vanaglorian de lo que han vivido –explicó el Sucesor de Pedro hablando de los testimonios escuchados- porque ha sido el Señor que los ha llevado adelante. Pero ellos nos dicen algo a nosotros, que hemos sido llamados por el Señor para seguirlo de cerca: ‘Hay de nosotros si buscamos otro consuelo. Hay de aquellos religiosos, que buscan consolación lejos del Señor’.” “Yo no quiero bastonearlos hoy. No quiero ser verdugo. Pero si buscas el consuelo en otra parte no serás feliz y no podrás consolar a ninguno. Porque tu corazón no ha sido abierto a la consolación del Señor terminaras como dice el gran Elías al pueblo de Israél: “rengueando”.

“Sea bendito Dios padre de toda consolación que nos consuela en todas nuestra tribulaciones”, insistió en el Vicario de Cristo, que podamos consolar con el consuelo con el que Dios nos ha consolado, como hicieron estos dos, que nos hicieron un servicio. Aunque seamos pecadores, como ellos dicen: somos pecadores pero el Señor he estado con nosotros.” Y Francisco concluyó: “Perdonen si los uso como ejemplo. Pero todos debemos darnos ejemplo unos a otros. Hoy hemos tocado a los mártires.”
Jesuita Guillermo Ortiz de RADIO VATICANA

Voz del Papa RealAudioMP3

TEXTO DEL DISCURSO ENTREGADO POR EL SANTO PADRE


Queridos hermanos y hermanas:

Me alegro de poder tener este encuentro con ustedes en su querida tierra; doy gracias al Señor y les agradezco a todos su acogida. Así les puedo expresar mejor mi apoyo a su tarea evangelizadora.

Cuando su país salió de la dictadura, las comunidades eclesiales se pusieron en marcha de nuevo y reorganizaron la acción pastoral, afrontando con esperanza el futuro. Quiero expresar especialmente mi reconocimiento a aquellos pastores que pagaron un alto precio por su fidelidad a Cristo y por su decisión de permanecer unidos al Sucesor de Pedro. Fueron valientes ante las dificultades y las pruebas. Todavía se encuentran entre nosotros sacerdotes y religiosos que sufrieron cárcel y persecución, como la hermana y el hermano que han compartido su propia experiencia. Los abrazo conmovido y alabo a Dios por su fiel testimonio, que estimula a toda la Iglesia a seguir anunciando el Evangelio con alegría.

A partir de esta experiencia, la Iglesia en Albania puede crecer en espíritu misionero y en entrega apostólica. Conozco y valoro cómo se oponen decididamente a las nuevas formas de “dictadura” que amenazan con esclavizar a los individuos y a las comunidades. Si el régimen ateo intentaba acabar con la fe, estas dictaduras, de forma más encubierta, pueden hacer desaparecer la caridad. Me refiero al individualismo, a la rivalidad y a los enfrentamientos exacerbados: es una mentalidad mundana que puede contagiar también a la comunidad cristiana. No se desanimen ante estas dificultades, no tengan miedo de mantenerse en el camino del Señor. Él está siempre a su lado y los asiste con su gracia para que se apoyen unos a otros, para que sean comprensivos y misericordiosos y acepten a cada uno como es, para que cultiven la comunión fraterna.

La evangelización es más eficaz cuando cuenta con iniciativas compartidas y con una sincera colaboración entre las diversas realidades eclesiales y entre los misioneros y el clero local: esto requiere determinación para no cejar en la búsqueda de formas de trabajo común y de ayuda recíproca en los campos de la catequesis, de la educación católica, así como en la promoción humana y en la caridad. En estos ámbitos, es valiosa también la aportación de los movimientos eclesiales, dispuestos a planificar y trabajar en comunión con sus Pastores y entre ellos. Es lo que veo aquí: obispos, sacerdotes, religiosos y laicos, una Iglesia que quiere caminar en fraternidad y en unidad.

Cuando el amor a Cristo está por encima de todo, incluso de las legítimas exigencias particulares, entonces es posible salir de uno mismo, de nuestras “minucias” personales y grupales, y salir al encuentro de Jesús en los hermanos; sus llagas son todavía visibles hoy en el cuerpo de tantos hombres y mujeres que tienen hambre y sed, que son humillados, que están en la cárcel o en los hospitales. Y precisamente tocando y sanando con ternura esas llegas, es posible vivir en profundidad el Evangelio y adorar a Dios vivo en medio de nosotros.

¡Son muchos los problemas que se presentan cada día! Todos ellos los estimulan a lanzarse con pasión a una generosa actividad apostólica. Sin embargo, sabemos que nosotros solos no podemos hacer nada: «Si el Señor no construye la casa, en vano se cansan los albañiles” (Sal 127,1). Esta certeza nos invita a dar cada día el espacio debido al Señor, a dedicarle tiempo, a abrirle el corazón, para que actúe en nuestra vida y en nuestra misión. Lo que el Señor promete a la oración confiada y perseverante supera cuanto podamos imaginar (cf. Lc 11,11-12): además de lo que pedimos, nos da también el Espíritu Santo. La dimensión contemplativa es así indispensable en medio de los compromisos más urgentes e importantes. Cuanto más nos llama la misión a ir a las periferias existenciales, más siente nuestro corazón la íntima necesidad de estar unido al de Cristo, lleno de misericordia y de amor.

Y teniendo en cuenta que aún se necesitan más sacerdotes y consagrados, el Señor les repite también hoy a ustedes: «La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos; rogad, pues, al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies» (Mt 9,37-38). No podemos olvidar que esta oración está precedida por una mirada: la mirada de Jesús que ve la abundancia de la cosecha. ¿Tenemos también nosotros esta mirada? ¿Sabemos reconocer la abundancia de los frutos que la gracia de Dios ha hecho crecer y la labor que hay que hacer en el campo del Señor? De esta mirada de fe sobre el campo de Dios, nace la oración, la petición cotidiana e insistente al Señor por las vocaciones sacerdotales y religiosas. Ustedes, queridos seminaristas, y ustedes, queridos postulantes y novicios, son fruto de esta oración del pueblo de Dios, que siempre precede y acompaña su respuesta personal. La Iglesia de Albania tiene necesidad de su entusiasmo y de su generosidad. El tiempo que hoy dedican a una sólida formación espiritual, teológica, comunitaria y pastoral, dará fruto oportuno en su futuro servicio al pueblo de Dios. La gente, más que maestros, busca testigos: testigos humildes de la misericordia y de la ternura de Dios; sacerdotes y religiosos configurados con Cristo Buen Pastor, capaces de comunicar a todos la caridad de Cristo.

En este sentido, junto a ustedes y a todo el pueblo de Albania, quiero dar gracias a Dios por tantos misioneros y misioneras, cuya acción ha sido determinante para que la Iglesia resurja en Albania y todavía hoy sigue teniendo gran relevancia. Ellos han contribuido notablemente a consolidar el patrimonio espiritual que obispos, sacerdotes, personas consagradas y laicos albaneses conservaron en medio de durísimas pruebas y tribulaciones. Pensemos en el gran trabajo hecho por los institutos religiosos para el relanzamiento de la educación católica: este trabajo merece reconocimiento y apoyo.

Queridos hermanos y hermanas, no se desanimen ante las dificultades; siguiendo las huellas de sus antepasados, den testimonio de Cristo con perseverancia, caminando “juntos con Dios, hacia la esperanza que no defrauda”. En este camino, siéntanse siempre acompañados y sostenidos por el afecto de toda la Iglesia. Les agradezco de corazón este encuentro y encomiendo a cada uno de ustedes y a sus comunidades, sus proyectos y esperanzas a la Santa Madre de Dios. Los bendigo afectuosamente y les pido, por favor, que recen por mí.


El secreto de una existencia plena es amar y entregarse por amor, dijo el Papa a los asistidos y voluntarios de Centros de Caridad en Albania

(RV).- (Con audio) El Obispo de Roma coronó su visita apostólica al “país de las águilas” con niños inválidos en el Centro Betania, donde llegaron también representantes de otros centros de caridad.

Después de escuchar testimonios de asistidos, Francisco expresó su agradecimiento por la hospitalidad que dan cada día en este centro a tantos niños y adolescentes necesitados de atención, de ternura, de un ambiente sereno y de personas amigas, que sean también verdaderos educadores, ejemplos de vida, y en las que encuentren apoyo.

El Sucesor de Pedro manifestó que “en lugares como éste, todos confirmamos nuestra fe, se nos hace más fácil creer, porque vemos la fe hecha caridad concreta. La vemos dar luz y esperanza a situaciones de gran dificultad; vemos que se enciende de nuevo en el corazón de personas tocadas por el Espíritu de Jesús, que decía: «El que acoge a un niño como éste en mi nombre me acoge a mí» (Mc 9, 37). Esta fe que actúa en la caridad mueve las montañas de la indiferencia, de la incredulidad y de la indolencia, y abre los corazones y las manos para hacer el bien y difundirlo. La Buena Noticia de que Jesús ha resucitado y está vivo en medio de nosotros pasa a través de gestos humildes y simples de servicio a los pequeños.”

Y el Vicario de Cristo afirmó que “el secreto de una existencia plena es amar y entregarse por amor. Ahí se encuentra la fuerza para “sacrificarse con alegría”, y el compromiso más exigente se convierte en fuente de mayor alegría. Así no asustan las opciones de vida definitivas, que aparecen, a su verdadera luz, como un modo de realizar plenamente la libertad personal.”

Jesuita Guillermo Ortiz de RADIO VATICANA



DISCURSO COMPLETO DEL SANTO PADRE RealAudioMP3



Queridos amigos del Centro Betania:
Les agradezco de corazón su gozosa acogida. Y, sobre todo, les agradezco la hospitalidad que cada día dan a tantos niños y adolescentes necesitados de atención, de ternura, de un ambiente sereno y de personas amigas, que sean también verdaderos educadores, ejemplos de vida, y en las que encuentren apoyo.

En lugares como éste, todos confirmamos nuestra fe, se nos hace más fácil creer, porque vemos la fe hecha caridad concreta. La vemos dar luz y esperanza a situaciones de gran dificultad; vemos que se enciende de nuevo en el corazón de personas tocadas por el Espíritu de Jesús, que decía: «El que acoge a un niño como éste en mi nombre me acoge a mí» (Mc 9, 37). Esta fe que actúa en la caridad mueve las montañas de la indiferencia, de la incredulidad y de la indolencia, y abre los corazones y las manos para hacer el bien y difundirlo. La Buena Noticia de que Jesús ha resucitado y está vivo en medio de nosotros pasa a través de gestos humildes y simples de servicio a los pequeños.

Además, este Centro demuestra que es posible la convivencia pacífica y fraterna entre personas de distintas etnias y diversas confesiones religiosas. Aquí las diferencias no impiden la armonía, la alegría y la paz; es más, se convierten en ocasión para profundizar en el conocimiento y en la comprensión mutua. Las diversas experiencias religiosas se abren al amor respetuoso y operante con el prójimo; cada comunidad religiosa se expresa con el amor y no con la violencia, no se avergüenza de la bondad. Quien cultiva la bondad en su interior recibe a cambio una conciencia tranquila, una alegría profunda aun en medio de las dificultades y de las incomprensiones. Incluso ante las ofensas recibidas, la bondad no es debilidad, sino auténtica fuerza, capaz de renunciar a la venganza.

El bien es premio en sí mismo y nos acerca a Dios, Sumo Bien. Nos hace pensar como Él, nos hace ver la realidad de nuestra vida a la luz de su proyecto de amor para cada uno de nosotros, nos permite disfrutar de las pequeñas alegrías de cada día y nos sostiene en las dificultades y en las pruebas. El bien paga infinitamente mejor que el dinero, que nos defrauda porque hemos sido creados para recibir y comunicar el amor de Dios, y no para medir las cosas por el dinero y el poder.

Queridos hermanos, en su saludo, la Directora ha recordado las etapas que ha recorrido su asociación y las obras que han nacido de la intuición de la fundadora, la Señora Antonietta Vitale –a la que saludo cordialmente y agradezco su acogida–, ha subrayado la ayuda de los bienhechores y el desarrollo de las diversas iniciativas. Ha hablado de la gran cantidad de niños amorosamente acogidos y atendidos. Mirjan, por su parte, ha dado testimonio de su experiencia personal, de su entusiasmo y gratitud por un encuentro que ha transformado su existencia y le ha abierto nuevos horizontes, con nuevos amigos y con un Amigo todavía más grande y mejor que los demás: Jesús. Ha dicho una cosa muy significativa a propósito de los voluntarios que colaboran aquí; ha dicho: «Desde hace 15 años se sacrifican con alegría por amor a Jesús y a nosotros». Es una frase que revela cómo entregarse por amor a Jesús produce alegría y esperanza, y cómo servir a los hermanos se transforma en reinar con Dios. Estas palabras de Mirjan-Paolo pueden resultar paradójicas para buena parte de nuestro mundo, que no acaba de comprenderlas y ansía encontrar la clave de la propia existencia en las riquezas terrenas, en el poder y en la pura diversión, donde sólo encuentra alienación y confusión.

El secreto de una existencia plena es amar y entregarse por amor. Ahí se encuentra la fuerza para “sacrificarse con alegría”, y el compromiso más exigente se convierte en fuente de mayor alegría. Así no asustan las opciones de vida definitivas, que aparecen, a su verdadera luz, como un modo de realizar plenamente la libertad personal.

Que el Señor Jesús y su Madre, la Virgen María, bendigan su Asociación, este Centro Betania y los otros centros que la caridad ha hecho surgir y la Providencia crecer. Que bendigan a todos los voluntarios, a los bienhechores y a todos los niños y adolescentes. Su patrón, san Antonio de Padua, los acompañe en el camino. Continúen con confianza sirviendo al Señor en los pobres y en los abandonados, y pidiéndole que los corazones y las mentes de todos se abran al bien, a la caridad operante, fuente de auténtica alegría. Les pido, por favor, que recen por mí y de corazón los bendigo.



Unidos en el servicio a su querida patria, el Papa a los líderes de las comunidades religiosas presentes en Albania

(RV).- (Con audio. Actualizado) La Universidad Católica Nuestra Señora del Buen Consejo de Tirana fue el lugar del encuentro del Papa con los jefes de 5 mayores comunidades religiosas presentes en el País: musulmana, bektashi, católica, ortodoxa y evangélica: presencia signo del diálogo que viven día a día, observó el Papa, intentando establecer entre ustedes relaciones fraternas y de colaboración por el bien de toda la sociedad. El Obispo de Roma recordó que Albania ha sido testigo de la violencia y de las tragedias que se pueden producir si se excluye a Dios a la fuerza de la vida personal y comunitaria. “Cuando, en nombre de una ideología, se quiere expulsar a Dios de la sociedad, se acaba por adorar ídolos, y enseguida el hombre se pierde”.

Como creyentes, puntualizó, hemos de estar atentos a que la religión y la ética que vivimos con convicción y de la que damos testimonio con pasión se exprese siempre en actitudes dignas del misterio que pretende venerar, rechazando decididamente como no verdaderas, por no ser dignas ni de Dios ni de los hombres, todas aquellas formas que representan un uso distorsionado de la religión.

El Obispo de Roma recordó a los presentes que la religión auténtica es fuente de paz y no de violencia. “Nadie puede usar el nombre de Dios para cometer violencia. Matar en nombre de Dios es un gran sacrilegio”. “Discriminar en nombre de Dios es inhumano. Desde este punto de vista, la libertad religiosa no es un derecho que garantiza únicamente el sistema legislativo vigente: es un espacio común, un ambiente de respeto y colaboración que se construye con la participación de todos, también de aquellos que no tienen ninguna convicción religiosa”.

Francisco animó a estos “queridos amigos” a mantener y a desarrollar la tradición de buenas relaciones entre las comunidades religiosas presentes en Albania, y a sentirse unidos en el servicio a su querida patria.

(RC-RV)




DISCURSO COMPLETO DEL SANTO PADRE EN EL ENCUENTRO INTERRELIGIOSO

RealAudioMP3



Queridos amigos:

Me alegro mucho de este encuentro con los responsables de las principales confesiones religiosas presentes en Albania. Mi saludo respetuoso a cada uno de ustedes y a las comunidades que representan; y gracias de corazón a Mons. Massafra por sus palabras de presentación e introducción. Es importante que estén aquí juntos: es signo del diálogo que viven día a día, intentando establecer entre ustedes relaciones fraternas y de colaboración por el bien de toda la sociedad. Gracias por lo que hacen.

Albania ha sido tristemente testigo de la violencia y de las tragedias que se pueden producir si se excluye a Dios a la fuerza de la vida personal y comunitaria. Cuando, en nombre de una ideología, se quiere expulsar a Dios de la sociedad, se acaba por adorar ídolos, y enseguida el hombre se pierde, su dignidad es pisoteada, sus derechos violados. Ustedes saben bien a qué atrocidades puede conducir la privación de la libertad de conciencia y de la libertad religiosa, y cómo esa herida deja a la humanidad radicalmente empobrecida, privada de esperanza y de ideales.

Los cambios que se han producido a partir de los años 90 del siglo pasado han tenido también como efecto positivo la creación de las condiciones adecuadas para una efectiva libertad religiosa. Esto ha hecho posible que las comunidades reaviven tradiciones que nunca se habían apagado del todo, a pesar de las feroces persecuciones, y ha permitido que todos, también desde sus propias convicciones religiosas, puedan colaborar en la reconstrucción moral, antes que económica, del país.

En realidad, como dijo San Juan Pablo II en su visita a Albania en 1993, «la libertad religiosa […] no es sólo un don precioso del Señor para cuantos tienen la gracia de la fe: es un don para todos, porque es la garantía fundamental para cualquier otra expresión de libertad […]. La fe nos recuerda mejor que nadie que, si tenemos un único creador, todos somos hermanos. La libertad religiosa es un baluarte contra todos los totalitarismos y una aportación decisiva a la fraternidad humana» (Mensaje a la Nación de Albania, 25 de abril de 1993).

Pero inmediatamente es necesario añadir: «La verdadera libertad religiosa rehúye la tentación de la intolerancia y del sectarismo, y promueve actitudes de respeto y diálogo constructivo» (ibid.). No podemos dejar de reconocer que la intolerancia con los que tienen convicciones religiosas diferentes es un enemigo particularmente insidioso, que desgraciadamente hoy se está manifestando en diversas regiones del mundo. Como creyentes, hemos de estar atentos a que la religión y la ética que vivimos con convicción y de la que damos testimonio con pasión se exprese siempre en actitudes dignas del misterio que pretende venerar, rechazando decididamente como no verdaderas, por no ser dignas ni de Dios ni de los hombres, todas aquellas formas que representan un uso distorsionado de la religión. La religión auténtica es fuente de paz y no de violencia. Nadie puede usar el nombre de Dios para cometer violencia. Matar en nombre de Dios es un gran sacrilegio. Discriminar en nombre de Dios es inhumano.

Desde este punto de vista, la libertad religiosa no es un derecho que garantiza únicamente el sistema legislativo vigente –lo cual es también necesario–: es un espacio común, un ambiente de respeto y colaboración que se construye con la participación de todos, también de aquellos que no tienen ninguna convicción religiosa. Me permito indicar dos actitudes que pueden ser especialmente útiles en la promoción de la libertad religiosa.

La primera es ver en cada hombre y mujer, también en los que no pertenecen a nuestra tradición religiosa, no a rivales, y menos aún a enemigos, sino a hermanos y hermanas. Quien está seguro de sus convicciones no tiene necesidad de imponerse, de forzar al otro: sabe que la verdad tiene su propia fuerza de irradiación. En el fondo, todos somos peregrinos en esta tierra, y en este viaje, aspirando a la verdad y a la eternidad, no vivimos, ni individualmente ni como grupos nacionales, culturales o religiosos, como entidades autónomas y autosuficientes, sino que dependemos unos de otros, estamos confiados los unos a los cuidados de los otros. Toda tradición religiosa, desde dentro, debería lograr dar razón de la existencia del otro.

La segunda actitud es el compromiso en favor del bien común. Siempre que de la adhesión a una tradición religiosa nace un servicio más convencido, más generoso, más desinteresado a toda la sociedad, se produce un auténtico ejercicio y un desarrollo de la libertad religiosa, que aparece así no sólo como un espacio de autonomía legítimamente reivindicado, sino como una potencialidad que enriquece a la familia humana con su ejercicio progresivo. Cuanto más se pone uno al servicio de los demás, más libre es.

Miremos a nuestro alrededor: cuántas necesidades tienen los pobres, cuánto les falta aún a nuestras sociedades para encontrar caminos hacia una justicia social más compartida, hacia un desarrollo económico inclusivo. El alma humana no puede perder de vista el sentido profundo de las experiencias de la vida y necesita recuperar la esperanza. En estos ámbitos, hombres y mujeres inspirados en los valores de sus tradiciones religiosas pueden ofrecer una ayuda importante, insustituible. Es un terreno especialmente fecundo para el diálogo interreligioso.

Y luego, algo que es siempre como un fantasma, ¿no?, el fantasma de "pero es todo relativo", el relativismo...Un principio claro: no se puede dialogar si no se parte desde la propia identidad. Sin identidad no puede existir diálogo. Sería un diálogo fantasma, un diálogo en el aire: no sirve. Cada uno de nosotros tiene la propia identidad religiosa, es fiel a ella. Pero, el Señor sabe como lleva la Historia. Vamos desde la propia identidad, sin fingir que tenemos otra: eso no sirve. No ayuda. Eso es relativismo. Aquello que nos une es el camino de la vida, es la buena voluntad - a partir de la propia identidad - de hacer el bien a los hermanos y hermanas. Hacer el bien... Y así, como hermanos vamos juntos. Y cada uno de nosotros ofrece el testimonio de la propia identidad al otro, y dialoga con el otro. Después, el diálogo puede ir más allá sobre cuestiones teológicas: ¡eso es bello! Pero lo que es más importante es caminar juntos sin traicionar la propia identidad, sin ponerle máscaras, sin hipocresías. Esto...a mí me hace bien pensar en esto.

Queridos amigos, les animo a mantener y a desarrollar la tradición de buenas relaciones entre las comunidades religiosas presentes en Albania, y a sentirse unidos en el servicio a su querida patria. ¿Eh? Con un poco de sentido del humor se puede decir que éste parece un equipo de fútbol, ¿no? Los católicos contra todos los demás...¡Todos juntos, por el bien de la patria y de la humanidad! Sigan siendo signo, para su país y para los demás países, de que son posibles las relaciones cordiales y de fecunda colaboración entre hombres de diversas religiones. Y les pido un favor, de rezar por mí. También yo lo necesito, lo necesito tanto. Gracias.


«Toda la Iglesia en Albania y todo el pueblo albanés en manos de la Virgen juntos hacia la esperanza que no defrauda», el Papa durante el Ángelus

(RV).- (Con audio) Finalizada la Santa Misa de la mañana, el Obispo de Roma presidió en la Plaza Madre Teresa de Calcuta el rezo a la Madre de Dios, agradeciendo a los miles de albaneses y fieles llegados hasta Tirana de países vecinos su presencia y testimonio de fe.

El Papa tuvo palabras especiales para los jóvenes, a quienes invitó a construir "una Albania y un mundo mejor", cimentando su existencia en Jesucristo. Francisco les recordó que son la nueva generación de Albania."Con la fuerza del Evangelio y el ejemplo de los mártires digan no a la idolatría del dinero, al individualismo, a las dependencias y a la violencia, y sí a la cultura del encuentro y de la solidaridad", fue la invitación que el Obispo de Roma les formuló, recordándonos también a todos que Jesús nos conoce mejor que nadie y que cuando nos equivocamos no nos condena. "Que la Virgen María los lleve hacia la esperanza que no defrauda", deseó finalmente a los fieles presentes y a todo el pueblo albanés.

(GM, RC - RV)

Palabras del Santo Padre a la hora del Ángelus RealAudioMP3

Queridos hermanos y hermanas:Antes de que acabe esta celebración, me gustaría dirigir un saludo a todos ustedes, venidos de Albania y de otros países vecinos. Les agradezco su presencia y el testimonio que dan de su fe.
En especial a ustedes, jóvenes, los invito a cimentar su existencia en Jesucristo: quien pone su fundamento en Cristo edifica sobre roca, porque Él siempre permanece fiel, incluso aunque nosotros seamos infieles (cf. 2 Tm 2,13). Jesús nos conoce mejor que nadie; cuando nos equivocamos, no nos condena, sino que nos dice: «Anda, y en adelante no peques más» (Jn 8,11).

Queridos jóvenes, ustedes son la nueva generación de Albania. Con la fuerza del Evangelio y el ejemplo de los mártires, digan no a la idolatría del dinero, no a la engañosa libertad individualista, no a las dependencias y a la violencia; y digan sí, en cambio, a la cultura del encuentro y de la solidaridad, sí a la belleza inseparable del bien y de la verdad; sí a la vida entregada con magnanimidad y fidelidad en las pequeñas cosas. Así construirán una Albania y un mundo mejor.

Dirijámonos ahora a la Virgen Madre, que veneran sobre todo con el título de “Nuestra Señora del Buen Consejo”. Me acerco espiritualmente a su Santuario de Escútari, al que tanta devoción tienen, y pongo en sus manos toda la Iglesia en Albania y todo el pueblo albanés, particularmente las familias, los niños y los ancianos. La Virgen María los lleve, “juntos con Dios, hacia la esperanza que no defrauda”.

Angelus Domini


Paz en sus casas, paz en sus corazones, paz en su Nación, el Papa celebra la Santa Misa en Tirana

(RV).- (Con audio. Actualizado) El Pueblo de Dios que peregrina en Albania abrazó con gran cordialidad al Sucesor de Pedro, con aún vivo el recuerdo de la visita de otro Romano Pontífice: San Juan Pablo II en 1993. La algarabía y emoción que despertó el Papa argentino fue la misma de aquel entonces, la mañana de este domingo, durante el trayecto que llevó a Francisco en papamóvil desde el Palacio Presidencial hasta la plaza Madre Teresa de Tirana, donde se celebró la Santa Misa.

"También yo hoy vengo entre ustedes, a esta plaza, dedicada a una humilde y gran hija de esta tierra, la beata Madre Teresa de Calcuta, trayéndoles un saludo de paz en sus casas, paz en sus corazones, paz en su Nación", fue el saludo del Pontífice al iniciar su homilía.

(GM, RC - RV)



Texto completo de la homilía del Santo Padre: RealAudioMP3


El Evangelio que hemos escuchado nos dice que Jesús, además de llamar a los Doce Apóstoles, llamó a otros setenta y dos discípulos y los envió a anunciar el Reino de Dios en los pueblos y ciudades (cf. Lc 10, 1-9. 17-20). Él vino a traer al mundo el amor de Dios y quiere que se difunda por medio de la comunión y de la fraternidad. Por eso constituyó enseguida una comunidad de discípulos, una comunidad misionera, y los preparó para la misión, para “ir”. El método misionero es claro y sencillo: los discípulos van a las casas y su anuncio comienza con un saludo lleno de significado: «Paz a esta casa» (v. 5). No es sólo un saludo, es también un don: la paz. Queridos hermanos y hermanas de Albania, también yo vengo hoy entre ustedes a esta plaza dedicada a una humilde y gran hija de esta tierra, la beata Madre Teresa de Calcuta, para repetirles ese saludo: paz en sus casas, paz en sus corazones, paz en su Nación. ¡Paz!
En la misión de los setenta y dos discípulos se refleja la experiencia misionera de la comunidad cristiana de todos los tiempos: El Señor resucitado y vivo envía no sólo a los Doce, sino también a toda la Iglesia, envía a todo bautizado a anunciar el Evangelio a todos los pueblos. A través de los siglos, no siempre ha sido bien acogido el anuncio de paz de los mensajeros de Jesús; a veces les han cerrado las puertas. Hasta hace poco, también las puertas de su País estaban cerradas, cerradas con los cerrojos de la prohibición y las exigencias de un sistema que negaba a Dios e impedía la libertad religiosa. Los que tenían miedo a la verdad y a la libertad hacían todo lo posible para desterrar a Dios del corazón del hombre y excluir a Cristo y a la Iglesia de la historia de su País, si bien había sido uno de los primeros en recibir la luz del Evangelio. En la segunda lectura que hemos escuchado se mencionaba a Iliria que, en tiempos del apóstol Pablo, incluía el territorio de la actual Albania.

Pensando en aquellos decenios de atroces sufrimientos y de durísimas persecuciones contra católicos, ortodoxos y musulmanes, podemos decir que Albania ha sido una tierra de mártires: muchos obispos, sacerdotes, religiosos, fieles laicos, ministros de otras religiones, pagaron con la vida su fidelidad. No faltaron pruebas de gran valor y coherencia en la confesión de la fe. ¡Fueron muchos los cristianos que no se doblegaron ante la amenaza, sino que se mantuvieron sin vacilación en el camino emprendido! Me acerco espiritualmente a aquel muro del cementerio de Escútari, lugar-símbolo del martirio de los católicos, donde fueron fusilados, y con emoción ofrezco las flores de la oración y del recuerdo agradecido e imperecedero. El Señor ha estado a su lado, queridos hermanos y hermanas, para sostenerlos; Él los ha guiado y consolado, y los ha llevado sobre alas de águila, como hizo con el antiguo pueblo de Israel, como hemos escuchado en la Primera lectura (cfr. Primera Lectura). El águila, representada en la bandera de su País, los invita a tener esperanza, a poner siempre su confianza en Dios, que nunca defrauda, sino que está siempre a nuestro lado, especialmente en los momentos difíciles.

Hoy las puertas de Albania se han abierto y está madurando un tiempo de nuevo protagonismo para todos los miembros del pueblo de Dios: todo bautizado tiene un lugar y una tarea que desarrollar en la Iglesia y en la sociedad. Que todos se sientan llamados a comprometerse generosamente en el anuncio del Evangelio y en el testimonio de la caridad; a reforzar los vínculos de solidaridad para promover condiciones de vida más justas y fraternas para todos. Hoy he venido para darles gracias por su testimonio, y también he venido para animarlos a hacer crecer la esperanza dentro de ustedes y a su alrededor. No olviden el águila. El águila no olvida el nido, vuela alto. ¡Vuelen alto! ¡Vayan hacia arriba! He venido a involucrar a las nuevas generaciones; a nutrirse asiduamente de la Palabra de Dios abriendo sus corazones a Cristo, a Dios, al Evangelio, al encuentro con Dios, al encuentro entre ustedes como ya lo hacen y con el cual dan testimonio a toda Europa.

En espíritu de comunión con los obispos, sacerdotes, personas consagradas y fieles laicos, los animo a impulsar la acción pastoral, que es una acción de servicio, y a seguir buscando nuevas formas de presencia de la Iglesia en la sociedad. En particular, me dirijo a los jóvenes. ¡Había tantos en el camino del aeropuerto! ¡Este es un pueblo joven! Muy joven. Y donde hay juventud hay esperanza. Escuchen a Dios, adoren a Dios y ámense entre ustedes como pueblo, como hermanos.

Iglesia que vives en esta tierra de Albania, gracias por todo el ejemplo de tu fidelidad. No se olviden del nido, de su historia lejana, también en las pruebas; no olviden las heridas, pero no se venguen. Vayan hacia adelante trabajando sobre la esperanza de un futuro grande. Muchos de tus hijos e hijas han sufrido, incluso hasta el sacrificio de la vida. Que su testimonio sostenga tus pasos de hoy y tus pasos de mañana en el camino del amor, en el camino de la libertad, en el camino de la justicia y sobre todo en el camino de la paz. Así sea.








All the contents on this site are copyrighted ©.