Muchos tienen hoy la misma lucha y suerte de Pedro pescador
REFLEXIONES EN FRONTERA, Jesuita Guillermo Ortiz
(RV).- (Con audio)
En varias partes del
orbe, creyentes en Jesús son hoy perseguidos y asesinados. Es verdad que Jesús
de Nazaret es el “Hijo de Dios”, como Pedro pescador confiesa. Pero Jesús no vencerá
con el éxito y la fama, sino con el escandaloso fracaso de la Cruz, de la que Pedro
intenta alejarlo.
Cuando en Cesarea de Filipo, Jesús pregunta ¿qué soy yo para
ustedes? Pedro responde: “El Hijo de Dios vivo”. Pero inmediatamente después, cuando
Jesús explica que el camino y la puerta para él y sus seguidores es la cruz, Pedro
siente miedo y la rechaza. Así, el mismo Pedro que mereció una felicitación de Jesús
por escuchar la inspiración de Dios, es tratado entonces por Jesús de “Satanás”, porque
se deja llevar por pensamientos humanos y no por la inspiración de Dios.
También
nos pasa a vos y a mí. Pensamos y sentimos cosas contrarias y distintas, unas inspiradas
por Dios y otras por el mal espíritu o nuestra humanidad.
Pedro sostiene esta
lucha interior hasta el final. Llora arrepentido por haber negado a Jesús que lo ama
y perdona siempre, pero escapa de la persecución y el martirio. Está ese famoso episodio
en el que Pedro escapa por la Vía Apia, se encuentra con Jesús, le pregunta “dónde
vas” y Jesús le responde: “vuelvo a que me crucifiquen de nuevo”. Pedro entiende,
vuelve sobre sus pasos y lo crucifican como a Jesús, pero aquí, en la plaza del actual
santuario de san Pedro, en Roma. Con su sangre derramada por Jesús y sus hermanos
de la comunidad cristiana, Pedro confiesa con valentía que el camino y la puerta de
la Vida plena es la cruz de la adoración y del servicio. La adoración a Jesús, Hijo
de Dios y el servicio a su carne herida en los hermanos que sufren; la cruz cotidiana
del morir al egoísmo o el martirio cruento que sufrieron y sufren tantos cristianos.
También Juan Bautista.